No puedes negar que siempre hay un individuo que arruina las fiestas con temas completamente inapropiados. Mientras lo escuchas hablar por horas y horas, oyes a lo lejos tu rola favorita, y no puedes evitar morir de ganas por escupirle y echarte a correr, pero no lo haces por “educación”. La pregunta es: ¿por qué soportamos a estos nefastos faroles?, ¿qué acaso no conocen la frase más sabia del mundo?: “A donde fueres haz lo que vieres”.

Como no queremos hablar más de Peña Nieto en un antro de música electrónica, entonces lee esta nota para que no metas la pata con temas que ni al caso.

1- Religión

Cada persona tiene sus ideales y meterte en el terreno del fanatismo religioso puede ser un grave error, sobre todo si tus comentarios serán para decir lo estúpido que consideras a cierto líder espiritual; nunca sabes quién está a tu lado. No te arriesgues a quedar como un verdadero tonto, recuerda que la tolerancia demuestra madurez. Platica de esos temas con tu familia o íntimos amigos, nada más.

2- Calentamiento global

Sabemos que hay miles de personas dispuestas a dar su vida por salvar al planeta, y consideramos que la causa es algo maravilloso. Eso no quita que cuando tengas ganas de enfiestar no quieras hablar del smog. Es muy molesto cenar con un vegetariano que habla de muerte animal mientras quieres saborear tu cena. No es que te valga, pero mejor dejar el tema para después, ¿no?

3- Conflictos amorosos

Hay una frase chilena que describe perfectamente esta situación: “personas que te comen la oreja”. Cuando tienes ganas de convivir con todos y repartir tu tiempo con varios amigos, te intercepta un individuo para contarte sus traumas amorosos por horas y horas, además con lujo de detalle. No es el momento, por más cariño que le tengamos podrían acortar la historia, ¡qué egoístas!

4- Comparaciones

Es imposible no odiar a los pedantes que comparan todo: “esta cerveza no está tan rica, yo probé una más fina en París”. Con ganas de responder: “me vale m… compadre”. Lo peor es que estos personajes hacen ese tipo de comentarios una y otra vez, como si sus presunciones te importaran. Huye o dile a la cara lo que opinas de sus comparaciones.

5- Espiritualidad

Cuando las copas rebasan el límite establecido, a todas las personas les da por sentirse líderes espirituales, en ese momento resulta que la elevación máxima llegó a ellos, y a ti, ahí en medio del lugar, no te queda de otra más que escuchar cosas como: “en ese momento es cuando entendí que nada material importa, todos somos esencia, amor, belleza”, y lo irónico es que te lo está diciendo tu amiga la más tonta. No lo hagan, por favor, no son el Dalai Lama.

6- Futbol

Si eres niña sabrás de qué hablamos (con sus excepciones). Estar en una reunión de hombres que hablan por horas de sus jugadores favoritos es como estar en una cámara de gases. Mientras los escuchas, todos los pendientes que tienes pasan por tu cabeza; aprovechas el tiempo para hacer un recuento de tu vida o hasta creas un juego mental. Una buena técnica para escapar de la ¡asquerosa aburrición!

7- Nostalgias personales

El momento del recuerdo sólo se lo aguantas a tu abuelita, pero a un cuate en plena fiesta no, puede resultar una tortura. Lo más molesto es que quien lo cuenta tiene la idea de que repitiendo lo mismo 10 veces, su historia será más conmovedora: puro disco rayado. A la primera dile cuánto lo sientes y cómo lo entiendes, y enjarétaselo a alguien más.

8- Viajes

Es encantador conocer el mundo a través de los ojos de alguien más; no puedes negar que te da curiosidad saber los detalles del viaje de tu amigo por Medio Oriente, pero tampoco quieres escuchar por cuatro horas detalles como: “entre al hotel, caminé por el pasillo, entonces entre al cuarto, me di un baño… bla bla bla”, con ganas de callarlo y decirle: “déjame bailar”. Moraleja: no entren en detalles minúsculos.

9- Conocidos “famosos”

Esto es lo más nefasto que existe en el planeta, las personas que lo hacen merecen la hoguera. Primero que nada aclaremos una cosa: vivimos en una ciudad con más de ocho millones de habitantes, por lo que las posibilidades de que conozcamos a los mismos individuos, es poca. Y sí, el mundo es un huevo, pero referencias como: “mi brother es Pepe Díaz, el dueño de Clássico, lo debes de ubicar, obvio”, hacen que te den ganas de vomitar. Presumir “fama” que ni es fama y ajena, es patético.

10- Padecimientos médicos

Las mujeres deben evita hablar de sus padecimientos ginecológicos en una reunión con hombres, ¡qué flojera!, a nadie le importa si ya se hicieron el papanicolau. Y los hombres que hablan de sus lesiones atléticas también evítenlo; a hablar de eso con sus entrenadores, no con sus amigas.

11- Economía

El mundo entero está en crisis, siempre, así que venirte a quejar en un antro de los conflictos de la bolsa de valores o de cuánto ha subido el dólar como que no. Si todo es negativo en esta vida, nadie necesita más negatividad, busca un tema más ameno.