Si estás leyendo esto y no fuiste a trabajar, es que seguramente eres un Godínez. El 1 de mayo es una de las fechas más felices para los oficinistas porque además de que es día de descanso obligatorio, ya les pagaron la quincena.

Entre los oficinistas hay una especie superior: los godínez burócratas. Es decir, los empleados que viven gracias a los impuestos de los godínez ordinarios y de la demás gente que trabaja.

Son una especie superior por distintas razones. Tienen una “plaza” en el gobierno. Lo cual se traduce en que aunque no desempeñen de la mejor manera su trabajo, NADIE los puede correr. Es como tener permanentemente la estrellita en Mario Bros. Nadie te puede hacer nada.

Otra característica del godínez burócrata es que está sindicalizado. Si un godínez con plaza es intocable, imaginen cientos o miles de godínez con plazas y que además pueden irse a huelga si algo no les parece.

Quizá muchos no lo recuerdan, pero hasta hace unos años, el 1 de mayo era una fecha donde los godínez burócratas salían a dar las gracias por el trabajo al servicio del estado que el presidente de la república en turno les daba.

Se armaba una gran fiesta en el Zócalo, donde el “Preciso” veía un gran desfile de toooodas las secretarías, toda la godiniza uniformada marchaba alrededor de la Plaza de la Constitución y saludaba al balcón principal de Palacio Nacional. Este desfile, incluso era transmitido por radio y televisión en cadena nacional.

Obvio, no era gratis. Una vez terminado este trámite, la godiniza pasaba lista con su respectivo sindicato y además de su box lunch, tenía derecho a pedir un día de descanso cuando quisieran por acudir a desfilar el Día del Trabajo.

Pero cuentan los sabios de la región, que debido a la crisis de la crisis de la crisis, este desfile del orgullo godínez fue aprovechado por otras organizaciones para protestar al presidente. De la nada, algunos sacaban pancartas para protestar por los bajos salarios o porque no había trabajo.

Todo se revirtió en este desfile que tenía la intención de ser una gran fiesta, por lo cual, se decidió no volver a marchar de esta forma para que no le adelantaran al primer mandatario el festejo del 10 de mayo.

Pero los tiempos cambian y estos godínez que antes llenaban el Zócalo y las calles del Centro, ahora abarrotan las plazas comerciales, los restaurantes y los cines. Son los culpables de que hoy no alcances boletos para Iron Man 3, ni estacionamiento en las tiendas departamentales.