Platicamos en exclusiva con el director Wong Kar-wai, uno de los más importantes cineastas de oriente, sobre su más reciente película, The Grandmaster, que se estrena en México esta semana, y sobre su carrera. Checa lo que nos contestó el también director de Noches Púrpuras, 2046, In The Mood of Love, Happy Together y As Tears Go By.

Parece que cada director asiático tiene que filmar una película de artes marciales aunque sea una vez en su vida, ¿está de acuerdo con esa idea? ¿Por qué eligió filmar The Grandmaster?

Las artes marciales son como nuestro western. Es por eso que muchos cineastas chinos quieren hacer uno en su vida.

Como cada niño de Hong Kong, y posiblemente alrededor del mundo, crecí viendo películas de Kung Fu e idealizando a Bruce Lee. Siempre quise hacer una película de artes marciales pero nunca tuve un ángulo. La historia de Bruce Lee ya había sido contada muchas veces y no estaba interesado en hacer una película de Kung Fu tradicional donde el héroe se la pasa volando por doquier buscando venganza por esto o aquello. Afortunadamente, cuando comencé a aprender sobre la vida de Yip Man, finalmente encontré mi ángulo.

¿Qué tan difícil fue ponerle su propio sello y estilo a un género tan establecido como el de artes marciales?

Además de lo que ya mencioné sobre el ángulo que quise buscar y la acción, creo que los temas de honor y lealtad que se encuentran en este tipo de cine son universales.

¿Personalmente cree que se tarda demasiado en filmar sus películas? ¿Es este tiempo un exceso?

Una producción como ésta necesita mucho tiempo en su preparación. Investigación, financiamiento, encontrar locaciones, entrenamientos, construir los escenarios y, sobre todo, la preparación mental para embarcarse en esta misión monumental. Considerando los 20 años de trabajo duro que un artista de artes marciales tiene que tomarse para convertirse en maestro, creo que el tiempo que tomó THE GRANDMASTER para realizarse fue razonable.

¿Qué es lo más importante que aprendió al filmar THE GRANDMASTER y por qué?

La tenacidad que tiene un artista marcial para entrenar y su dedicación para convertirse en un gran maestro.

¿Qué tan importante fueron los escenarios y los efectos especiales para su trabajo en THE GRANDMASTER? Ya que éste es el trabajo de su carrera más elaborado en estas áreas…

Gracias a mis diseñadores de producción William Chang y Alfred Yau. Hemos trabajado juntos por mucho tiempo. En el caso de William, comenzamos a trabajar desde mi primer pilme. Tendemos a sorprendernos el uno al otro. Ellos trabajaron por separado y yo llegué al set para descubrir lo que habían hecho.

¿Cómo le gustaría ser recordado después de su retiro?

Como un cineasta al que le gustó explorar los límites y redefinir lo que es posible.

¿Cree que haya alguna diferencia entre las audiencias y el arte de filmar una película de oriente y occidente? Recordamos mucho su trabajo en My Blueberry Nights (Noches Púrpuras).

Con la globalización, creo que hay muy pocas diferencias entre las audiencias occidentales y orientales. Pero hablando del género de Kung Fu, las audiencias asiáticas han visto más películas. El reto para nosotros es crear algo que sea diferente a lo que se ha hecho antes.

¿Cuál es el tema en el que está más obsesionado actualmente y sobre el que le gustaría filmar?

Actualmente estoy de vacaciones… una pausa muy merecida.

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