Para las pulgas de la señora Seuss (Audrey Geisel), la adaptación de The cat in the hatfue una decepción mayor que la del Grinch. La fórmula de encargar los proyectos a comediantes no estaba dando resultado.

Esta vez el protagónico corrió a cargo de Mike Myers, y esto no era Austin Powers. Las bromas eran idiotas y la esencia del libro desapareció entre las páginas de un guión absurdo que ni entre tres guionistas lograron desenredar. La señora dio un ultimátum: no permitiría una adaptación más con actores reales.