Favelas, religión, narcotráfico y mucho baile funk: esto es Sintonía, la serie brasileña de Netflix que deberías ponerte a ver lo más pronto posible.

El lugar son las favelas (barrios pobres a la orilla de los cerros) de Sao Paolo, una de las principales ciudades de Brasil, donde tres amigos (Luiz Fernando “Nando”, Donizete “MC Doni” y Rita) buscan cumplir sus sueños y pasarla lo mejor posible en un entorno marcado por la marginalidad, el crimen, las drogas y, por supuesto, el baile funk.

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Durante los primeros episodios, las historias de cada uno de los tres protagonistas de Sintonía, la serie, se van contando de manera simultánea; sin embargo, conforme nos adentramos en la problemática de cada uno de ellos, cada arco adquiere cierta independencia para unirse nuevamente al final, un poco al estilo de otras series como The Get Down (a la cual se asemeja en más de una cosa, pero eso lo veremos más adelante).

¿Quiénes son los personajes de Sintonía, la serie?

Donizete es el personaje que quizá podría tomarse como el protagonista en la historia en Sintonía. Interpretado por el rapero Jottapé, Donizete es un estudiante de bachillerato cuyo único interés en la vida es sobresalir con su música –la cual produce apoyad por Nando– en la escena urbana brasileña.

Donizete es el único del trío que vive con sus dos padres, y constantemente es reprendido por su papá, quien lo presiona para que se dedique al negocio familiar (un mercado de abarrotes) y abandone su sueño de dedicarse a la música.

Luiz Fernando, “Nando”, es un joven huérfano de la favela; está casado y tiene una hija bebé, familia a la que mantiene trabajando como sicario y recadero para la mafia local de barrio, que es comandada desde la cárcel por el jefe, Badá. La inteligencia y astucia de Nando lo llevan a subir rápidamente los peldaños del escalafón criminal, volviéndose una figura importante en los bajos fondos y narcotráfico de la favela, aunque ello lo empuja a sacrificar el tiempo con sus amigos y familia.

Rita, por su parte, es una chica también huérfana quien se dedica a vender fayuca en las calles de Sao Paolo junto con su amiga Caucau; no obstante, tras un enfrentamiento con la policía donde la mayor afectada es Caucau, Rita comienza a acercarse a la iglesia pentecostal del barrio liderada por Suali, una vieja amiga de su mamá que hace las veces de madrina de Rita.

Baile funk, el cuarto protagonista de Sintonía, la serie

Otro personaje que hay que destacar de esta producción de Netflix es el baile funk, un ritmo oriundo de Brasil que lleva ya varios años dominando el panorama urbano en ese país.

También denominado como funk carioca o funk de favela, el baile funk es un subgénero que surgió alrededor de los años ochenta, derivado del Miami bass, a su vez una ramificación del hip hop originado en Florida, en el cual predominaban los sonidos envolventes y espesos del bajo.

En Sintonía, la serie, este ritmo carioca juega como un cuarto protagonista cuya influencia se halla en cada esquina: desde las fiestas nocturnas en plena calle hasta en los outfits de los personajes.

Porque el baile funk no solo se trata de la música, sino que su código de vestimenta (muy parecido al de los otros géneros urbanos del mundo) también permea en la estética de Sintonía. Joyas, ropa holgada y de colores vivos, cortes de pelo estrafalarios y mucha actitud, son las características de la mayoría de los personajes; el ejemplo más claro de esto son dos personajes secundarios, un par de hermanos gemelos afro de swag impresionante, quienes atienden la barbería donde MC Doni se va a cortar el pelo.

En este sentido, el baile funk es hijo de la cultura hip hop: ambos son procesos sociales que se originaron en los barrios pobres y marginados; ambos están rodeados de un contexto de crimen y drogadicción; ambos crearon su propia música de fiesta a partir de procesos de mixing y sampleo; y ambas son muestra de que solo hace faltan las ganas de hacer una fiesta para crear la propia.

Una mirada a la realidad brasileña

Sintonía, la serie, es, además, un acercamiento a una de las regiones latinoamericanas que a veces la barrera idiomática (portugués/español) aparta de otros países de la región. El tono de relato de este serial es optimista y festivo, pero eso no evita que a ratos se torne profundamente descarnado, sobre todo en lo relativo a la violencia en las favelas a la que los adolescentes locales son, muchas veces, empujados por sus condiciones.

Vale la pena también prestar atención al arco de Rita, quien ofrece una mirada hacia la importancia de la religión y el éxito de las diferentes iglesias en los barrios brasileros, sobre todo tomando en cuenta la veta financiera de estas (después de todo, de Brasil provienen los amigos del “pare de sufrir”).

Aunque esta producción de Netflix dista de ser tan impactante como en algún momento lo fueron Ciudad de Dios (2002) y Tropa de Élite (2007), sí entregan un relato general de lo que “mueve” hoy en día a buena parte de la juventud brasileña: el crimen y el baile funk.