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Del municipio de
Nezahualcóyotl a las calles de la Condesa, el graffiti es recurrente inquilino de
esta ciudad y sus alrededores. Un común residente de vagones, bardas y muros,
floreciente en cualquier espacio concebible. El graffiti local presume de una
rica y particular escena, ganadora de reputacíon internacional en años recientes.
La versatilidad
de sus artistas y muralistas radica en su improvisación, creatividad y facultad
de adaptación. La influencia de la red ha facilitado la conexión de la escena
mexicana con el mundo, pero toda una generación de escritores de graffiti esta
emergiendo con ideas sumamente frescas y novedosas en cuanto estética y
mensaje. Toda una celebración a la independencia artística.
La belleza esta
en los ojos de quienes la contemplan. He aquí nueve visiones. Nueve
perspectivas tan diversas como el origen y las inquietudes de sus creadores.

Por cierto, esta
en proceso el libro Graffiti DF,
recopilación de decenas de artistas locales e internacionales que a lo largo de
los años dejaron su huella en esta inmensa urbe de contaminación y tensión.
Editado por Broissin, contara con textos de Lorena Wolffer y Guillermo Heredia,
por ahí hasta con material del mismísimo “Loco Chingazo” Chaz Bojorquez.
Seguramente vera la luz este mero año.