El de batalla: Beringer White Zinfandel 2008

Un vino que encanta a las mujeres por ser bastante dulce y sin complicaciones. Huele básicamente a mermelada de fresa, con un toque de cereza y algo de jamaica. En boca predomina este último sabor: el de un agua de jamaica con bastante azúcar. También sabe a algo de fresa, cereza y arándano junto con sabores a caramelo, lo que lo hace parecer por momentos un “jolly rancher” rojo. Tómalo siempre bien frío.
Venta en vinoteca.com., $139.

Casa Beringer, California, USA.
Variedad 100% Zinfandel.
Pruébalo con pollo al mezquite.

El Clásico: Rose D’Anjou 2006

Es el vino rosado más conocido en México, y aunque parezca muy barato, su relación precio-calidad es muy buena. Combina las mejores características de un vino blanco con las mejores de un tinto. Aromas a mantequilla, pan, hierbas, berro, arúgula, un poco de durazno y moras rojas. Sus sabores mezclan manzana verde, hierbas, menta y un toque mineral con un poco de frambuesa. La alta acidez y la falta de cuerpo son lo único criticable.
Venta en tiendas especializas y de autoservicio,$120.
Casa Calvet, Francia.
Variedad 100% Grolleau.
Pruébalo con camarones a la plancha.

El de lujo: Moët & Chandon Rosé Impérial

Vino espumoso y rosado, combinación infalible para San Valentín. Tiene una nariz compleja, elegante y muy intensa con olores a fresa, frambuesa, cereza, almendra, piñón y castaña cocida; un toque de pimienta verde y algo vegetal. Sus sabores intensos a fresa, frambuesa, ciruela roja, junto con las burbujas, hacen que la experiencia en boca sea muy agradable. Empieza siendo ácido y fresco y hacia el largo final tiene un amargo que equilibra.
Venta en tiendas especializadas, $1,294.
Casa Moët & Chandon, Francia.
Variedad Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay.
Pruébalo con tu pareja.

Buenavida: Uriel 2008

Huele a “sangría señorial” (refresco que todavía se pude conseguir por ahí) y raspado de grosella (congelada en tetrapack que se vendía en los ochenta y noventa); aromas dulces y frutales acompañados de un toque ahumado. Curiosamente, en boca la experiencia es diferente: pierde el azúcar y es muy seco; sabe por momentos a chamoy con un toque agridulce. Sabe un poco a paprika y a cáscara de ciruela. Suena raro, pero es altamente recomendable.
Venta en tiendas especializadas y algunos supermercados, $210.
Casa Adobe Guadalupe, México.
Variedad Cinsault, Tempranillo, Syrah, Sauvignon Blanc, Barbera y Moscatel.
Pruébalo con carpaccio de atún.