Para los que ya rebasan el cuarto de siglo, cada vez resulta
más difícil encontrar un lugar de calidad. A ver, un treintón (y no lo tomes
personal, acepta que es un término cotidiano) tiene un estatus económico más
estable que cualquier universitario (esperemos). La vida de "los adultos
jóvenes" se complica con las responsabilidades y el ajetreo de diario. Llega el
fin de semana y después de una jornada laboral intensa se necesitan varias
opciones para relajarse. Los gustos, la madurez y el aguante cambia. El
objetivo de la noche ya no es acabar ahogado y con ligue (o bueno habrán
excepciones), sino es disfrutar de la noche a gusto. Para eso hicimos una selección
de lugares dedicada específicamente para quienes osan quejarse de la vida
nocturna de la ciudad y para que vean que sí hay lugares donde no asisten puros
púberes.