Classico Valle de
Bravo.-
Otro de los puntos infectados por la epidemia de la cadena Classico.
Para suavizar la intriga, este antro es más pequeño que los defeños pero con el
mismo concepto: candelabros y sillones negros de piel tipo vintage visten la
escenografía. Una pista colorida e iluminada al centro acoge a los bailarines
de la noche, mientras la concurrencia fresa canta las últimas rolas del pop
moderno. Eso sí, te recomendamos reservar; toda la info la tienen en su página
de Facebook. No te ofendas si le dan preferencia a los vallesanos, suelen ser
más privilegiados que los chilangos.

La Pachanga.- Un hot
spot visitado principalmente por chavitos de los 18 a los 22. La música no
es nada del otro mundo: pop moderno; aunque, de vez en vez, Dj’s reconocidos se
encargan de las mezclas antreras. Desde sus inicios, se ha mantenido como
uno de los favoritos y exclusivos de la zona.

Pila Seca- Éste es
un barecito para treintones. Aquí se vale disfrutar del trago, del romanceo y
de la buena conversación. Quienes sí se toman en serio un fin de semana
para relajarse, éste podría ser la válvula de escape ideal.