La neta, la fachada de este antro no promete mucho: se encuentra en una calle desértica y hasta te provoca cierta desconfianza su oscuridad. El cóver para los hombres es de 399 y el de ellas, 199.
El chiste de este sitio es la barra libre. Es mejor que hagas reservación, así le restas 30 pesos a tu pago y la hacen menos cardiaca los cadeneros de la entrada. Después de arreglar el asunto de los dineros, recibes un shot o una chela de bienvenida, así que antes de recorrer el lugar ya tienes un chupe en las manos.
El pasillo te lleva directo a la pista de baile: descubres un enorme espacio tipo estadio de tres niveles. A medianoche ya hay bastante banda disfrutando de la música electrónica.
Tocan en vivo una banda de rock, una orquesta –para eso de la bailada guapachosa– y después, una banda sinaloense –ya enfiestado, igual y bailas hasta quebradita.
El lugar tiene una iluminación con todo y bolas disco; lo mejor es la calidad del audio. Si buscas un trago más elaborado, puedes ir a cualquiera de las tres barras y pedir Blue Kiss. Para llamar la atención, recomendamos Lluvia Rain, shot con amareto, vodka y granadina, y que va flameado con licor de naranja y una lluvia de canela sacachispas.
Rain es la opción si quieres echar un buen reventón. Es recomendable para hipsters experimentales y socialités aburridos. Se llega fácil a este antro.