La idea de poner una sucursal de El Pata Negra de Río Pánuco en la Cuauhtémoc es porque hacía falta un bar de barrio, función que cumple a cabalidad: tanto vecinos como oficinistas de la zona lo han adoptado para ir a comer y como after office para cenar y tomarse unas chelas o un vinito.

Lo primero que llama la atención es que, a diferencia de su hermano mayor, este Pata Negra es muy tranquilo. El playlist mantiene un volumen que permite a los parroquianos, en su mayoría en los treinta, platicar sin dar de gritos.

Jazz a la hora de la comida y clásicos del rock y alternativo, a partir de la tardenoche y hasta la madrugada.

Muchos acostumbran ir a jugar dominó después de las horas de chamba, por lo que a partir de las siete es complicado encontrar una mesa, pero junto a las ventanas hay una cómoda barra que permite ver a la gente de la Cuauhtémoc (extranjeros o bohemios) caminando en la calle.

No puedes dejar de probar el exquisito pastel de jamón serrano o el plato mixto de pinchos. Ojo, no hay reservaciones ni valet parking (aunque sí estacionamientos cercanos y parquímetros hasta las 20 hrs., entre semana) así que llega preparado.

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