Es el lugar de moda, así es que ve preparado para encontrarte a tu ex con su acompañante misterioso. Pero calma, será fácil olvidarte de lo que pasa alrededor si te concentras en su estupenda carta de comida, integrada por platillos regios o de inspiración norteña. Destaca el aguachile de ribeye, corte favorito de los conocedores, pero aquí le dan un twist al servirlo cocido en limón y chile de árbol.

El plato que más verás salir de la cocina –y que tiene cautivados a los chilangos– es la tortita de barbacoa de res, que preparan tal como lo hacen en Nuevo León: de lengua y cachete, faltaba más. Otro que no te puedes perder son los tacos de asado de puerco, superregio. Es el que se conoce también como asado de boda, pues se sirve tradicionalmente en las bodas de rancho. Se prepara con pierna y lomo, manteca, chile colorado, jitomate y cebolla.

A Linares debes ir dispuesto a imaginar cómo es la vida en medio de un paraje desértico, árido, bajo el sol implacable, sólo así podrás entender por qué la caguama de Carta Blanca bien fría, un (sí, “un”) Tecate rojo o un Tecate light en lata con limón y sal son el néctar al que debes entregarte sin recato. Si prefieres los cocteles, entonces prueba el que lleva mezcal, sal de gusano, limón y agua mineral Topo Chico (que traen de Monterrey).

Es un bar pequeño con una decoración que lleva a lo más elemental los motivos norteños y desérticos. Los fines de semana suele estar repleto, por lo que te recomendamos llegar temprano.