En la Polar hay unas letritas con la peor maldición: “Bebidas sólo con alimentos”. Esto ameritaría la expulsión del universo cantinero, pero por sus servicios a la crudidad (abre desde las 7:30 de la mañana los 365 días del año) hay quien exige que se quede en la lista.

Un domingo cualquiera se mezclan familias recién bañaditas, parejas despeinadas y cuates con lente oscuro que se esfuerzan en desentonar las canciones que escogen en la rockola. En el laberinto creado durante su expansión cada pedazo tiene su estilo.

En el salón Polar Estrella un mundo de cabezas de animales muertos te vigilan mientras devoras a otros en tu birria.

Facebook.com/la.polar.1