Primero las escaleras. Mucho lujo, mucha alfombra, muchos candiles; uno ya se siente en una fiesta de gran pompa. Luego, tranquilo, uno llega a un área donde aparecen ceniceros que, en teoría, son ilegales en áreas cerradas… un momento: esta área no está cerrada, aunque lo parezca: la altas paredes, adornadas con motivos vintage, terminan en un cielo raso completamente abierto; de un lado, las disco balls (de cristal) resuenan con pop; del otro, el salón de ladrillos suena con música electrónica. El Eve promete convertirse en el gran antro del sur: tiene un poco para todo, pero con un estilo que hace mucho no se veía en esos rumbos de la ciudad. La parte más grande del lugar, devota al pop, tiene una decoración precisa: privados con sillones victorianos, pista de baile con piso de luces, una mesa de billar (ojo: nomás de adorno). El área de fumadores impacta, igual que una de las grandes sorpresas del lugar: en un salón decorado con libros, se sirven tacos para los hambrientos nocturnos. Los precios, contrario a lo que podrías pensar, no son tan altos. En promedio, una botella te cuesta $800 (las más baratas cuestas menos de $500). Eso sí: la cadena es dura, prohibido los de look mugrosón. Para quienes buscan reinventar los antros del sur, es una gran opción. Los jueves son de música electrónica, y el resto del fin de semana estará dedicado casi en su totalidad al pop duro y puro. Así que corre: tus mejores garritas y a bailar.

Más para antrear:

Grand Hotel

New York Club

Amapola y Terraza

Artic Bar

Bulldog Café

Hyde

Cotton Club

Kashmara

Mama Rumba

Mojito Room