En el mundo de los bares encontrar un trago exquisito es tan difícil como encontrar un suculento ratatouille en el mundo de la cocina. Se ha olvidado por completo cuál era la finalidad de salir de noche. Las personas ya no se sientan en una barra a solas para disfrutar una composición perfecta, y difícilmente piden algo que no sea una cuba…

Para los que extrañan esas costumbres y buscan deleitar el paladar, tienen que conocer el Bangbang: un bar pequeño en espacio pero grande en ideas.

La decoración retro futurista crea un ambiente misterioso en tonos rojos y negros, al fondo hay una foto de 2001: Odisea del espacio. La barra está repleta de botellas perfectamente organizadas, por tipo, color y olor. Esta tiene una ventaja sobre las demás: sistema de refrigeración. Así todo el alcohol está frío en el momento y listo para servir.

Su dueño, Martín Arvallo, funge como bartender, siendo un apasionado y experto mitólogo. El hace gran parte de la experiencia de estar ahí; cada trago que prepara lo platica. Dando una idea muy clara del por qué de sus creaciones y fórmulas.

El gin es su especialidad, tienen botellas que no se consiguen con facilidad: New Ámsterdam, Broker’s, Beefeater, Rangpur y Hendrix. Además hay pastís (el anís de los franceses), pisco (el ron de los chilenos y peruanos) y licores exóticos que jamás has probado.

Sus especialidades en coctelería retoman las formulas clásicas hasta creaciones propias. El whiskey sour es el más rico que haya probado, los ingredientes exactos y ese toque de angostura que se lo hace todo.

Si quieres algo más girly pide un Cranberry Fields: vodka, miel, jugo de arándanos, moras y frambuesas naturales.

La estrella de la casa es el Betty Page, una formula que al escuchar los ingredientes jamás creerían a lo que sabe: Malibú, Absolut Peper y toronja natural, es único en aroma y sabor; dejando al final de cada trago una sensación muy placentera. Si son fans de los martinis prueben los de aquí, esos sí son martinis, no como los demás que parecen concentrado de azúcar y caramelo. Recomendamos el Apple Martini.

Si les da hambre no hay problema, aunque ellos no tienen servicio de alimentos, Barra Criolla, el restaurante de al lado brinda sus servicios hasta tu mesa.

Esto es a lo que llamamos convertir una idea ordinaria en algo extraordinario. Bangbang es para paladares exigentes.