El Lipstick abre el famoso corredor Amberes, el epicentro de la noche gay chilanga. Es uno de los clubes mejor colocados entre el público homosexual —pero también hetero incluyente—, aquel que gusta de una atmósfera sofisticada sin tanto tumulto y un ambiente más fresa.

El local, con decoración tipo lounge, tiene una llamativa vista al Paseo de la Reforma. Cuenta con varios espacios, pero en todos la música es pop, español en inglés o clásicos. Si te gusta encontrar variedad en los drinks, aquí el servicio de barra es bueno y más por los atractivos chicos sin camisa. Como toque especial, una drag queen de hostess. Las noches son temáticas y cambian frecuentemente.

Si quieres sentirte en Ámsterdam, éste es el lugar en el que las inhibiciones son nulas y el ambiente es increíble, independientemente de tu preferencia sexual.