No cobraron un sólo peso

Durante la primera fase de estudios para la restauración, más de 30 científicos participaron en el proyecto de “El Caballito”. Químicos del IPN, físicos de la UNAM y hasta personal de Investigaciones Nucleares. Ninguno cobró un solo peso.

El Caballito

Un escaneo digital perfecto

El equipo de la UAM que participó en la restauración, dirigido por Saúl Alcántara, desarrolló un escaneo digital 3D que reprodujo a la perfección cada detalle de la escultura de Manuel Tolsá.

James Bond

Cuando la película de James Bond, Spectre 007, fue grabada en 2015 en la Ciudad de México, utilizaron la Plaza Manuel Tolsá como escenario, sin embargo, querían quitarle los andamios a la escultura en restauración. Debido a que se lo negaron, utilizaron como molde el escaneo digital 3D que hizo la UAM.

Restauración del Caballito

Foto: Cuartoscuro

Daños anteriores

Durante el proceso de restauración se descubrió que El Caballito había sufrido ya varios daños en sus más de 200 años de existencia. Antes de estar en la Plaza Manuel Tolsá, frente al Museo Nacional de Arte, la escultura había estado en el Zócalo y en Reforma; en cada uno de los traslados recibió golpes que abrieron grietas. También se descubrió que había sido intervenido varias veces. Había sido patinado y tenía capas de pigmentos. Es probable que la capa inicial fuera verde.

De una pieza

Hasta hace poco se creía que la escultura se había fundido de una sóla pieza. Durante la restauración se descubrió que eran varias. La virtud de Manuel Tolsá fue hacer esto impercetible.

Caballito de Tolsá

Foto: Cuartoscuro

Cápsula del tiempo

Se encontraron varios objetos dentro de El Caballito, desde pedazos de madera hasta una cápsula del tiempo de 1979, año en el que se trasladó a su actual ubicación.

El Cártel de Sinaloa

La naturaleza de la escultura requería de andamios muy específicos para hacer posible la restauración. Muy pocas empresas ofrecen este servicio especializado, por lo que se contrató a Andamios Dalmine. Tres meses después de esto, la DEA informó que Andamios Dalmine estaba relacionada con el Cártel de Sinaloa por lo que el contrato fue rescindido. Al poco tiempo se descubrió que la empresa era una continua contratista de la Ciudad de México, pues sus andamios fueron utilizados para la restauración de Bellas Artes, Palacio Nacional y el Ángel de la Independencia.