Manos a la obra del placer

A ver, si crees que tus mejores galas, una cena en un restaurante ‘bien acá’ y dos que tres palabras medio cachondas (que en realidad resultan ser bastante piteras) te harán reavivar la llama de la pasión… estás en un error. 

Por algún extraño motivo el preámbulo ha sido devaluado, al punto de considerarlo como una pérdida de tiempo. ¿Quiubo? ¿A poco se come un bife de chorizo crudo? Sí, seguro habrá alguno que levante la mano, pero en general nos gusta pasarlo por un poco de fuego para cocinarlo. Para que la cosa esté al punto, uno debe calentar motores. 

Pero al pan, pan y al vino, vino. ¿Quién nos enseña? Básicamente uno le aprende sobre la marcha. Así que como aquí somo buenos samaritanos, les pasaremos algunos consejitos del Dr. Kenneth Ray Stubbs, un sexólogo certificado que ha escrito 9 libros sobre sexualidad y en especial uno llamado ‘Masaje erótico para parejas’, de la editorial Martínez Roca. Prepárense para hacer que sus quiubolesqué vean estrellitas con los consejos de este experto. ‘Ámonos riendo:

Recomendaciones prácticas

1. Vive el presente y no hagas comparaciones con el pasado. ¿Como pa’ qué?

2. Durante el masaje utiliza toda tu mano. Utiliza palmas y dedos para delinear el contorno de tu pareja.

3. La constancia es primordial. Mantén un movimiento continuo. Eso de hacerlo por tiempos no está padre.

4. La expresión, el deseo y las ganas de descubrir nuevos horizontes los pondrán del otro lado.

Lo primero: ¿dónde?

Ay, pues donde se sientan a gusto. Si eligen al aire libre, pueden estar expuestos a piquetes de mosquito, exposición al sol, bla, bla. Si eligen hacerlo adentro, apaguen sus teléfonos o de perdida pónganlos en vibrador. Asegúrense de estar en un ambiente de una temperatura cálida (no para cocinarse), pero que preste para el apachurro.

¿Cuándo?

Cuando quieras. Hacerlo en una fecha memorable está chido, pero si lo haces un día nomás porque sí, pues está mucho mejor.

¿Con qué?

Puede ser con aceites. Ojo, los que tienen fragancias pueden causar alguna irritación, por lo que se recomienda el vegetal o el mineral. Hay tiendas que ya los venden. Eviten llegar a los genitales con ellos, para eso lo mejor es usar un lubricante a base de agua. Se recomienda que le pregunten a sus parejas en qué zonas son las que preferirían recibir el masaje, así uno va a la segura.

Ahora sí, al grano:

Al permanecer tu pareja boca abajo, coloca tu palma izquierda en la parte superior de la espalda y la palma izquierda en el hueso sacro. Lentamente mueve tus manos hacia abajo hasta tocar la punta de los pies. Si planeas usar plumas o tela suave para acariciar a tu pareja, ahora es el momento antes de aplicar el aceite.

Calienta el aceite al frotarlo con tus manos. Espárcelo por los pies, sube por las piernas y el torso hasta llegar a la yema de los dedos de ambas manos. Luego, colócate frente a la cabeza de tu pareja y comienza a deslizar tus manos de forma paralela desde hombros hasta la parte inferior de la espalda. Repite los movimientos. Da un masaje hacia arriba en los músculos de los hombros, sin tocar la garganta.

Acerquémonos al punto clave… Colócate frente a sus piernas. Desliza tus manos hacia arriba. En las dos manos, el dedo meñique debe estar al frente y los pulgares a un lado del índice de la mano correspondiente. Cerca de la pelvis, rota tu mano hacia fuera y deslízala hacia abajo por la parte interior de la pierna. 

Para frotar el muslo, el dr. Kenneth recomienda aplicar una ligera presión con tu pulgar en la parte del muslo opuesta a tus otros dedos. Mientras aplicas presión, desliza tu mano hacia abajo. Después, cesa la presión.

Para dar masaje en el pecho, desliza tu mano derecha hacia arriba, de manera que tu pulgar y tu índice aprisionen el pezón. Visualiza el pezón como un eje y continúe el movimiento; rota tu mano hacia la izquierda alrededor del pezón, mientras deslizas tu mano hacia abajo y fuera del área del pecho.

Al llegar a los genitales, coloca tu mano izquierda con los dedos ligeramente separados sobre el escroto y la parte inferior del pene. Después, con la mano derecha, aplica lubricante encima de tu mano izquierda, de modo que se deslice por tus dedos. 

En un movimiento alternado de tus manos, esparce el lubricante
hacia arriba; aplica el aceite desde la pelvis hasta por encima del escroto y el pene. 

Empuja (gentilmente) hacia abajo con tu mano izquierda la piel a lo largo del pene flácido o erecto. Concéntrate en la cabeza del pene, rota los dedos de tu mano derecha de un lado hacia otro, mientras desliza la otra mano arriba y abajo. Ojo, muy gentilmente, si no le vas a provocar mucho dolor.

Ahora bien, para ir con las mujeres, coloca tu mano izquierda sobre la vulva con los dedos ligeramente separados. Con tu mano derecha aplica el lubricante sobre la mano izquierda, de manera que el aceite se deslice entre tus dedos.

Alternan ambas manos, esparce el lubricante y muévelas de forma ascendente. Deslízalas desde la parte baja de la vulva hasta el área del clítoris y la zona púbica. Después puedes hacer una serie de masajes en los labios mayores y menores. Con el pulgar en los labios mayores y el índice en los menores, aplica una suave presión y deslízalos hacia fuera de los labios.

Lo recomendable

Repitan varias sesiones de los consejos que les compartimos. Lo mejor es la comunicación, si hay algún punto que a tu pareja le enchile que lo toquen, pues no seas gandalla y no pases por esa latitud. Si desean conocer más sobre este tipo de masajes, lean este libro que contiene los consejos que les compartimos, trae información muy buena y es muy útil para prender el bóiler y meterse a bañar.