Cantina Nuevo León

Antes de que la Condesa fuera el hervidero de restaurantes que es hoy, “La Nuevo León” ya era lugar de reunión para los que saben de comida y dominó.

Durante todos estos años no ha perdido ni su esencia ni su estilo. Con un servicio de primera, de esos de estilo dedicado y a la antigüita, señores de traje y alguno que otro alternativo, se reúnen para “echar la ficha”, intercambiar choques de botella con una buena cerveza y según el hambre, disfrutar de una rica torta de pollo o las delicias de la carta.

Algunos platillos ya son legendarios, la lengua a la veracruzana, con caldillo de jitomate y aceitunas es deliciosa, un plato fuerte que bien vale la pena compartir, de muy buen tamaño pero sobre todo suavidad y sabor. Las tortillas son adictivas.

Existe un plato legendario, el chambarete de la casa que no es otra cosa que la versión mexicana del ossobuco, cocinado por largas horas en un caldo de res que resulta en una carne de sabor muy concentrado y extrema suavidad. Aunque permanece en la carta, de cuando en cuando proponen un nuevo guiso en la sugerencias del día con la misma carne. Vale la pena.

La selección de vinos, enfocada en los clásicos españoles de siempre, es correcta y suficiente para la oferta entre mexicana e internacional de excelente sabor y presentación.

El ambiente es jovial, la gente es amistosa y en temporada de fútbol esto se llena. Una detalle digno de destacar es que este lugar siempre ha contado con estacionamiento propio y ahora construyen una ampliación de tres pisos para más autos al otro lado de la calle.

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