Chilango

Brujerías de pubertos

Especial

¿Cómo olvidar la época,en la que algunos nos sentimos brujos? Jugábamos a hechizar,pasábamos noches enteras viendo películas como "Jóvenes brujas" e imaginábamos que éramos la chica malvada (sí, Nancy , la que termina en elmanicomio), y hasta llegamos a creer que teníamos poderes especiales.

Recordando esa divertidatemporada de la vida, he aquí nuestros principales hechizos.

 

1- Libro rojo:

¿De qué trataba? Conseguías un libro rojo, le hacías un pequeñoritual invocando al espíritu que quisieras; enseguida hacías una pregunta, lepegabas dos veces al libro con el puño (como tocando una puerta), abrías encualquier página poniendo el dedo índice en la palabra que el espíritu "tequería decir". No faltó la vez que preguntaste ¿Quién será el amor de mi vida?Y te contestó algo que ni al caso.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? * *

 

2- Amarre:

¿De qué trataba? La foto de un galán era nuestra arma letal, pormedio de ella lograríamos el "amor eterno" que tanto queríamos. El ritualiniciaba comprando listón rojo o blanco en la mercería, con él envolvíamos lafoto de nuestro amado diciendo un conjuro de amor. Después esa foto "atada" laguardábamos en una cajita con pétalos de flores o algo romántico.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? * * *

 

3- Círculo de invocación:

¿De qué trataba? Reuníamos a varias amigas(os) para que cada unafuera un punto cardinal, comprábamos un bote de sal, velas blancas, o negras sinos sentíamos muy rudas y nos preparábamos para que la sesión iniciara. Con lasal hacíamos un círculo en el piso (como barrera de protección), prendíamos lasvelas y cada una decía una invocación. Era tal el miedo que sentíamos que nossugestionábamos a tal punto de jurar que realmente alguien andaba por ahí.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? * * * * *

 

4- Ouija de papel:

¿De qué trataba? Era como la ouija clásica que conocemos, pero conel pequeño inconveniente de ser de papel, a falta de presupuesto. Laimprovisábamos con lo que podíamos, yalgunos lo hicimos hasta con una caja deZucaritas. Aunque no fuera real, los lápices que imitaban a la flechitapensábamos que se movían solos.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? * * * * *

Y siempre quise ser Nancy, la mala (Especial)

5- Pócimas de licuadora:

¿De qué trataba? Tal y como lo vimos en Hermelinda Linda, nosotrostambién echábamos a la licuadora "alas de murciélago", "dientes de cocodrilo" y"ojos de búho". Ficticios, claro. Cualquier chunche nos servía para hacerpócimas malignísimas capaces de envenenar a nuestros peores enemigos. Lo buenoes que no pasaba de una diarrea o una regañiza de nuestra madre por descomponerla licuadora.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? * * *

 

6- Muñecos de vudú:

¿De qué trataba? Desde una Barbie hasta nuestro oso de peluchepodía ser nuestro muñeco del mal para hacer daño a todos nuestrosarchienemigos, le enterrábamos alfileres y agujas en puntos estratégicos paraenviar vibras del mal.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? * * * * *

 

7- Elevación con dos dedos:

¿De qué trataba? Un grupo de amigos se reunía en círculo y uno erael voluntario para acostarse en el medio y  ser el que experimentaría. Todos cerrábamos los ojos, nosconcentrábamos y con dos dedos tratábamos de elevarlo sin poner fuerza, todopor medio de energía. Si bien nos iba lo levantábamos 2 centímetros… claro, con su ayuda.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? *

 

8-  Lápices

¿De qué trataba? Los juntabas como para hacer un rectángulo sin la parte superior y le hacías una pregunta a quién sabe qué espíritu. Sólo se podían hacer preguntas de sí o no y la respuesta la daba por turnos cada uno de los lápices, que ya tenían asignado el sí o el no.

¿Qué tan malos nossentíamos al hacerlo? **