Dos de las integrantes de las Pussy Riot comían en un McDonalds en Nizhni Novgorod, cerca de Moscú, cuando seis chicos se acercaron a su mesa, las insultaron, les echaron gas pimienta y un tipo de antiséptico que les dejó la cara verde.
Eran las 7:20 de la noche, justo antes de que visitaran una prisión para apoyar a los detenidos por protestas en contra del presidente Vladimir Putin.
Los jóvenes, declarados nacionalistas, entraron con pancartas llenas de símbolos patrióticos y agredieron a Maria Aliojina y Nadezhda Tolokonnikova, que terminaron con una conmoción y quemaduras de primer grado en un ojo, respectivamente.