Amos y señores del pop, reyes de las listas de ventas, pero también maestros en el arte de componer himnos. El tiempo nos ha enseñado que existe una canción de The Beatles para cada momento, desde un baile romántico hasta la fiesta con los amigos, el karaoke o una noche en familia. Pero las composiciones que sobresalen son aquellas que se han convertido en himnos para todos los amantes de la música.

Basta con poner Yesterday, Let It Be o Yellow Submarine en cualquier reunión, bar o lugar abierto para darse cuenta de cómo todos los presentes (o al menos la mayoría) comienzan a cantar, bailar o tararear. Pero el verdadero impacto se siente cuando un gran número de personas se reúne para cantar los himnos más populares de la banda, tal y como lo vimos con McCartney en la inauguración de los juegos olímpicos. Ir a un estadio lleno y escuchar a la audiencia cantar “Hey Jude” es algo que se debe de experimentar por lo menos una vez en la vida.