Para nada es el chaval que podía pasar tres noches sin dormir antes de dar un concierto. Tampoco aparenta sólo los 66 años que trae a cuestas, ni su su voz es la más afinada (nunca lo fue) pero Joaquín Ramón Martínez Sabina sigue conmoviendo a sus fieles hasta las lágrimas.

La noche de este viernes el cantautor español arrancó su gira “500 noches para una crisis” en el Auditorio Nacional, que lució casi totalmente abarrotado, donde la constante fue la nostalgia y la intensidad en un recorrido por muchas de sus canciones más representativas.

Sabina arrancó el concierto con las primeras canciones de su disco 19 días y 500 noches (1999), el último que grabó en medio de una vida llena de excesos, drogas legales e ilegales, caos personal y quizá por ello, el último de sus álbumes que no tiene desperdicio. Sonaron “Ahora qué”, “19 días y 500 noches”, “Barbie Superstar”, “La Magdalena”, “A mis cuarenta y 10” y “Donde habita el olvido”.

“Vinieron hace unos años los muchachos a mi casa y pusieron ese disco, cosa rara porque en mi casa sólo se escucha buena música. Me dieron un whisky, luego un segundo, ya por el quinto dije, no suena tan mal, ya al final de la noche estaba seguro que ese disco estaba a la altura del Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band de los Beatles”, ironizó Sabina, al explicar cómo surgió la idea de”500 noches para una crisis”.

También anunció un estreno que tenía guardado “desde hace 40 años”. Una licencia poética que quiso darse, hacer un cover a un tema de Bob Dylan, “Ain’t me babe”, en traducción libre llamándolo simplemente “Ése no soy yo”.

Por su puesto que Sabina nunca ha tenido voz, dirán los que no lo conocen que ni siquiera canta, pero es el mismo caso de Bob Dylan, Tom Waits, Chavela Vargas, entre otros, toda proporción guardada entre cada uno, donde la constante es el sentimiento para interpretar y entre los tres primeros para componer.

Bien respaldado por sus fieles escuderos, Pancho Varona y Antonio García de Diego, Sabina marcó el ritmo de los sentimientos de los presentes, entonó canciones que ya son himnos “Peces de ciudad” (escrita en el DF), “Más de cien mentiras”, “Princesa” y por supuesto “Y sin embargo”, el cenit de la noche, donde los casi 10 mil asistentes se pusieron de pie para cantarla y el mismo artista se conmovió hasta las lágrimas.

El público sabía que se acercaba el final, Sabina ingresó un momento al camerino y regresó para terminar de cantar “Tan joven y tan viejo”, rola que arrancó García de Diego y “Contigo”, “Pastillas para no soñar”, otro manual de cómo vivir al revés y el concierto concluyó con “La canción de los (buenos) borrachos”, aunque incompleta. Así dejaron el escenario pero los asistentes siguieron gritando y aplaudiendo. Una noche que difícilmente olvidarán los presentes. Lo único que resta decirle al ya no tan flaco es, ojalá que volvamos a vernos.

Setlist Sabina

Ahora que…
19 días y 500 noches
Barbie Superestar
Una canción para la Magdalena
A mis cuarenta y diez
Donde habita el olvido
Ése no soy yo (cover de Bob Dylan)
Peces de ciudad
Viridiana
El caso de la rubia platino (Jaime Asúa)
Soneto previo a Cerrado por derribo
Pero qué hermosas eran
Más de cien mentiras
Noches de boda / Y nos dieron las diez

Encore
Conductores suicidas (Pancho Varona)
La canción de las noches perdidas (Mara Barros)
Y sin embargo te quiero / Y sin embargo
Por el bulevar de los sueños rotos
Princesa

Encore 2

Tan joven y tan viejo (Antonio García de Diego)
Contigo
Pastillas para no soñar
La canción de los (buenos) borrachos