Chilango

Nostalgia rockera con Aerosmith

Fernando Aceves/Ocesa

La noche estaba amenazada por una leve llovizna que asustaba a los asistentes al Foro Sol, deseosos de escuchar los alaridos armoniosos de Steven Tyler.

Después de que Tex Tex, la banda abridora invitó a escuchar a los rockeros bostonianos, un público de variadas generaciones vibró con las palabras del vocalista que saludaba a los fans mexicanos detrás de un lienzo iluminado que sólo dejaba ver las siluetas de los miembros de la banda.

“Draw the line” fue la primera canción de su set list. Y aunque al principio la voz de Tyler no sonaba del todo bien, conforme transcurrió fue dejando salir su energía para dominar el escenario al más puro estilo hard rock, con tintes bluseros.

Le siguieron “Love in a elevator” y “Jaded” (que nos hizo recordar a la guapa Milla Kunis, protagonista del video). Ya con el público más emocionado y después de escuchar “Livin’ on the edge”, el baterista, Joey Kramer, interpretó tres rondas de solos de batería en los que –en algún momento– Tyler lo acompañó con unos cuantos golpes. Al final, un Kramer extasiado tocó solo con sus puños –y también con la cabeza–, mientras en los visuales Betty Boop acompañaba el ritmo.

Como que nos dejaron con ganas de más (Fernando Aceves/Ocesa)

 Al finalizar la últimas estrofas de “Eat the rich”, Tyler nos sorprendió al convertir un supuesto ataque de tos en un eructo digno de concurso que cerró con la frase: “Fucking Amazing” para así dar paso a la esperada “Amazing”. Sin duda, fue uno de los momentos de la noche, por el desplante que sólo se puede permitir una estrella del rock de este calibre.

La hora de los enamorados comenzó con la muy coreada “What it takes”, en la que Steve se colocó la bandera de México (con el águila al revés, por cierto) en los hombros, para después darle la batuta a Joe Perry, quien tocó un cóver de Jimmy Hendrix, “Red House”, con lo que demostró el porqué de sus raíces bluseras; Tyler lo acompañó con la armónica.

A este tema le siguieron las conocidas “I don’t want to a miss a thing” (a pesar de la pena de sus fans) y “Cryin’”. Mientras esperábamos que nos atacaran con un bombardeo de éxitos tipo “Crazy” y “Fly away from here”, Aerosmith no los incluyó en su setlist. Se acercaba el final. Siguieron “Sweet Emotion”, “Dream on” (con la que regresó la emoción) y nos encaminaron de regreso a la nostalgia del principio con “Walk this way”.

Ante el asombro del público, el concierto terminó abruptamente con “Mama Kin”; la banda había ya tocado alrededor de dos horas. Así acabó un concierto que, para muchos, quedó a deber, pues nos quedamos con las ganas de corear muchas más canciones que han formado gran parte de la trayectoria de esta banda.