Sólo queríamos hacer un buen disco…
Kurt Cobain.

Nevermind es uno de los discos más efectivos en la historia del rock, a pesar de Kurt Cobain… La música representada por el bebé cachetón en pos de un dólar puede ser calificada como una de las más influyentes en la historia del género. Punto. La potencia melódica de Nevermind no es de regateable. Punto. Pero su popularidad convirtió a Cobain en un cliché de la cultura pop, en esa “estrella vacía” que termina por estrellarse al no encontrar su lugar en este mundo por medio de dinero y fama.

Nevermind significó la transgresión del rock independiente a la cima de Billboard (el 12 de enero de 1992 desbancó a Michael Jackson y su Dangerous del número uno de la lista) y fue la chispa que detonó la muerte de Cobain (después de leer su biografía lo sorprendente no fue que se haya matado si no que tardara tanto en hacerlo).

Cobain, Grohl y Novoselic no fueron los primeros ni los últimos (a mi gusto tampoco los mejores), pero se convirtieron en ese fenómeno cultural que sucede cada tantas generaciones (sexta acepción según la RAE: ‘Generación: Conjunto de personas que por haber nacido en fechas próximas y recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, se comportan de manera afín o comparable en algunos sentidos’).

Nevermind es un disco dedicado a la desesperanza y desesperación que conectó con millones de jóvenes carentes de símbolos, aspiraciones e ídolos que alguna vez se tragaron el cuento del sueño americano para después vomitarlo por una sobredosis de realidad: no todos seremos ricos y famosos y además los ricos y famosos están tan jodidos (o quizá más) que nosotros… Música para disfuncionales, dirían algunas abuelas.

Nevermind fue la obra que condensó la herencia del “rock independiente” (vaya farsa de etiqueta: sin el apoyo de las grandes corporaciones del entretenimiento global, el disco no se habría convertido en un fenómeno de masas). Antes de Nirvana estuvieron Black Flag, los Pixies, Meat Puppets, Sonic Youth, R.E.M., los Melvins… El rock fuera de las disqueras transnacionales se gestó mucho antes que Nevermind pero ninguno de esos trabajos previos tuvo las virtudes comerciales del segundo LP de Nirvana.

Nevermind fue una revolución de consumo, no musical. Cobain tuvo el talento y la habilidad para combinar la tersura y afabilidad del pop con la rabia y aspereza del punk, las cualidades melódicas de Lennon con las distorsiones y disonancias de los Stooges. Las virtudes de este disco radican en la precisión y potencia de la base rítmica de Grohl y Novoselic, en el sonido que Butch Vig les exprimió en los estudios Sound City, en las composiciones de Cobain que fácilmente se enganchan a la memoria y sus matices e intenciones vocales. En lo económico, en los negocios, Nevermind transformó a la industria, en lo musical sólo generó un montón de imitadores.

Sin proponérselo, con este disco ampliaron de tajo la geografía del rock cautivando a millones de jóvenes confundidos y frustrados (la incomprensión no distingue razas ni clases sociales). De Nirvana se podrán señalar su falta de originalidad, sus limitaciones como instrumentistas, su entrega al corporativismo musical… pero creo que sus canciones siempre fueron coherentes y honestas (potentes y sencillas). El discurso de Kurt Cobain se vendió por millones porque la gente de verdad lo creía (lo creímos), y la noticia de su muerte lejos de ser irónica fue profundamente triste.

Nevermind es la obra pop ideal que nadie esperaba (pop en el sentido amplio del concepto, no en el cerrado estigma musical), compuesto y ejecutado por tres jóvenes sin mayor ambición que la de hacer un buen disco de rock, producido por el talentoso (y en ese entonces inexperto) Butch Vig, y financiado por una disquera que vio en el rock sucio un negocio millonario. Ninguno de los involucrados tenía la menor idea de lo que iba a suceder, las mejores expectativas de DGC era vender (con mucho esfuerzo) 500 mil copias en un año (a la fecha llevan más de 30 millones y yo a mis 38 años sigo bailando con “In Bloom”, brincando con “Breed”, perdiendo la noción del tiempo con “Something in the way” y envidiando el riff de “Come as you are”).

El mensaje desesperado de Cobain que conectó con sus pares, la alquimia musical que mezcló lo pegajoso del pop con lo irreverente del punk, la decisión de MTV de programar el video hasta la saciedad y el mercadeo boca a boca hicieron de Nevermind el disco de rock más importante de los 90.