Para ir al Ceremonia, no se necesita ser un sesudo gafapasta que sabe diferenciar el trap del dubstep: eso déjenselo a los del Nrmal. Tampoco hay que ir en bikini y penacho de plumas, que para eso está Bahidorá. En el circuito festivalero, Ceremonia ha tejido su propio universo post-guitarrero, donde el Hiphop es más relevante que el Indie, y la oferta de lo bailable no es sólo un atascón de beats para meterse tachas, sino un state-of-the-art que muestra a algunos de los productores más avanzados en la electrónica.

Es ya la cuarta edición de este festival y dan ganas de quedar con los amigos y treparse ya en el carro rumbo a Toluca, para pasar la tarde del sábado 9 de abril en un envidiable picnic con los food trucks de cajón, entre miles de eufóricos que igual y no distinguirán a Gesa elstein de Thundercat, pero van a ir a  estear en busca de hacerse de un nuevo himno entre su grupo de amigos… es un festival, pero es, en sí, un ritual de iniciación, un culto a la indulgencia.

1. Disclosure

Una vez que ya atravesamos el cénit de la actual década (conocida en inglés como los twenty-tens) y continuamos rumbo a su ocaso, comienzan a establecerse los hitos que serán recordados. Y Settle (2013), el debut de los hermanos Lawrence, trascenderá no sólo como uno de los discos obligados a escuchar para volver a esta era, sino como el álbum que determinó una escuela de sonido en que lograron converger la música club y el underground londinense para conseguir un pop de buen gusto.

Y, ¡pensar que lo hicieron cuando Howard tenía 19 años y Guy, 21! Con Caracal, de 2015, el dúo sorteó la difícil prueba del segundo álbum, para demostrar que no eran sólo un acto sensación: así, consagrados, los tendremos de vuelta en México para corear himnos como “Latch”, “White Noise”, “Help Me Lose My Mind” o las más recientes “Holding On” y “Omen”… ¿Será que se traen en la maleta a Sam Smith, o “de perdis” a Hannah Reid, la hermosa cantante de London Grammar? Sean quienes sean los features vocales, el festejo se pondrá monumental.

2. Titán

La nostalgia no es particularmente la tirada del Ceremonia, pero la ironía sí que lo es. Mucho antes de que Jay de la Cueva se convirtiera en el rococó frontman Brian Amadeus Moderatto; dos décadas antes de que Julián Lede se hiciera de fama por sus grotescos shows en calzones y peluca en su personaje de Su Majestad Imperial Silverio, y de que Emilio Acevedo se erigiera en un master del high energy y el kitsch con María Daniela y su Sonido Lasser, existió en los 90 un power trío de space-funk llamado Titán. A 11 años de su tercer álbum (de título homónimo) y a 21 años del Terrodisco, podremos bailar de nuevo con Titán como en aquellos años del Pervert Lounge. Ojalá que Andrés “Sánchez Dub”, se dé una vuelta junto a otros artistas invitados para este nineties revival.

3. Flume

Ya que hablamos de la escuela de Disclosure, uno de sus principales discípulos es el australiano de 24 años Harley Streten, a.k.a. Flume. Con su debut homónimo de 2012 y su recién estrenado Skin, resume –entre artes fl orales y tonos violeta– la estética musical en boga: bajos profundos, experimentación dubstep, breaks de trap e intimidad a partir de alientos de soul femenino, sin dejar de tener algún rap punzocortante que nos remita de vuelta al entorno urbano.

4. NAS

Ceremonia ha osado lo que ningún otro festival en México: apostarle al hip-hop como género protagónico. Fue en la segunda edición (2014) en que se planteó el estatuto con la participación de Theophilus London, A$AP Ferg y Tyler, The Creator. Para el siguiente año, se redobló la apuesta con el capo Snoop Dogg, y aunque un acto de tal magnitud será difícil de superar, la presente edición no le tira a lo grande, sino a lo legendario: con su álbum Illmatic (1994), Nas marcó un antes y un después para el fl ow gangsta proveniente de la costa este: más allá de la buena onda de los años dorados del rap en los 80, él impuso un estilo libre, agresivo y conversativo que no respetaba el beat “cantadito”, sino las historias que contar, que, a la postre, son lo que más vale. Así que a rendirle culto a este hombre de insignes rimas, y a celebrar el Ceremonia por sus agallas de otorgarle al hip-hop su merecido lugar en el mapa.

5. Gesaffelstein

¿Por qué los nombres germánicos nos remiten de inmediato a escenarios desolados e industriales? No, Gesaffelstein no toca como Rammstein, pero bien podría ser su DJ abridor durante una gira. Pero cabe especificar que Mike Lévy, el hombre detrás del alias, no es alemán, sino francés y que su música tiene más relación con el electro de Justice y el atasque de otros actos cercanos a Ed Banger Records, que con Nine Inch Nails por el sonido puntiagudo. Eso sí, agárrense que si en su DJ set Gesaffelstein suelta “BLKKK SKKKN HEAD”, track que produjo para Kanye West, la ceremonia se va a poner muy rabiosa.

Festival Ceremonia 2016
Carretera Toluca-Naucalpan, San Mateo Otzacatipan
9 de abril, 13 h
$1100-1950

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