Chilango

El regreso de Black Sabbath

Matt Ellis/Lollapalooza

Ayer fue el primer día de Lollapalooza 2012, un día con mucha actividad y calor que, siempre por ser el primero, se dificulta un poco más. A pesar de eso, junto con nuestros amigos de Live Tours tuvimos la oportunidad de ver muchas cosas interesantes. Aquí nuestra reseña del primer día de Lollapalooza 2012:

The Black Angels

The Black Angels (Dave Mead/Lollapalooza)

Arrancamos nuestra visita a Lolla 2012 con The Black Angels, banda originaria de Austin, Texas. El grupo suena como si hubieran sido extraídos directamente de los sesenta. Su sonido denso y obscuro no combinaba con el ambiente del momento, sol a todo lo que daba y un público repleto de personas en shorts. A pesar de eso, la banda logró entregar uno de nuestros sets favoritos del día. Pesadas guitarras, vocales llenos de feedback, y visuales psciodélicos hicieron que la agrupación se ganara a la audiencia que era algo numerosa para la hora. Definitivamente valdrá la pena volver a verlos en un lugar más acorde o en un festival, pero de noche.

Tame Impala

Tame Impala (Cambria Harkeg/Lollapalooza)

El día siguió en el tono psicodélico, cortesía de Tame Impala. En disco se han convertido en uno de nuestros “nuevos” grupos favoritos, pero sus presentaciones en vivo pueden mejorar mucho. Las cosas empezaron muy bien con el concierto de los australianos, pero pronto comenzaron a decaer y se volvió un tanto monótono. La voz de Kevin Parker, mente maestra detrás de Tame Impala, deja mucho que desear, eso no ayuda nada. La música no suena tan potente en vivo como lo hace en el disco lo cual es un poco decepcionante. Tanto que los mejores momentos llegan cuando improvisan, o en las secciones instrumentales de sus canciones más largas, como en “Half Full Glass of Wine”.

Metric

Metric (Dave Mead/Lollapalooza)

Fuera de los escenarios la guapa Emily Haines nos hace suspirar, pero es sobre ellos cuando nos conquista. La guapa vocalista de Metric ha pasado a convertirse en una de las mejores frontwomen de su generación y eso es mucho decir. Usando una blusa metálica, Haines saltó, corrió, bailó e invitó al público a cantar con ella, conquistando así a la audiencia (que era bastante grande, nos atreveríamos a decir que tuvieron casi tanta gente como Black Sabbath).

Su inició fue un poco lento, las canciones de Synthetica no se adaptan muy bien en vivo, pero en cuanto empezaron a sonar los sencillos de sus discos anteriores el concierto de la banda mejoró muchísimo. “Help I’m Alive” fue la favorita de la audiencia pero el mejor momento llegó con el combo para cerrar que incluía “Gold Gun Girls”, una extendida versión de “Dead Disco” (llena de sintetizadores) y la épica “Stadium Love”. El muy pegajoso coro de la canción fue el cierre perfecto para la tarde y más de uno dejó el escenario Bud Light cantándolo.

Die Antwoord

Die Antwoord (Matt Ellis/Lollapalooza)

Era difícil saber qué esperar de estos hiphoperos de Sudáfrica, su reputación los precede, y ésta dice que son una de las cosas más raras en hacer acto de presencia en la industria musical, al menos en un buen rato. Su presentación le hizo honor a su reputación. Pants naranja chillante, otros color dorado, pupilentes de color negro que cubrían todo el ojo, cada detalle de la banda está muy cuidado: lo importante es mantenerse raro. Mas allá de la cubierta el grupo tiene la capacidad indiscutible de crear una buena fiesta. Desde que arrancaron con “DJ Hi-Tek Rulez” hasta que cerraron con “Enter the Ninja” la audiencia no dejó de bailar, no bromeamos no hubo un momento en el que se detuvieran. Una mezcla de rave y hiphop, con muchos clichés, pero que al final da los resultados esperados, hacer bailar a la gente. No se los pierdan en el Corona.

Band of Skulls

Band of Skulls (Matt Ellis/Lollapalooza)

La primera prueba de rock inglés de la noche llegó por parte de este trío de Southhampton. El escenario en el que se presentaron era el Google Play, uno de los más pequeños del festival, pero el cual a su vez tiene un encanto único: se encuentra completamente rodeado de árboles, dando la impresión de que se está a la mitad de un bosque. Esto sirvió como escenografía perfecta para la presentación de Band of Skulls. Desde el principio el grupo dejó claro que estaban ahí para tocar rock e impresionar a los presentes con guitarrazos. Lo lograron, la audiencia estaba claramente enamorada del trío y, para nuestra sorpresa, resultaron ser particularmente populares.

Hubo muchos altibajos porque era claro que la audiencia no quería tanto el segundo disco de la banda como el primero. A pesar de eso, cabe mencionar que el grupo es mucho mejor en vivo que en el estudio. Es una cuestión de actitud y el ver la pasión e intensidad con la que tocan sus instrumentos, hace que las canciones suenen mucho mejor. Al final remataron con un combo de canciones de su primer LP (“I Know What I Am”, “Hollywood Bowl” y “Death by Diamond and Pearls”) dejando el escenario con un buen cierre. Son una banda con mucho potencial y si mueven bien sus cartas, el tercer disco que publiquen podría llevarlos muy lejos.

The Shins

The Shins (Cambria Harkeg/Lollapalooza)

Desafortunadamente, por paradas inevitabes en un festival, no llegamos a ver mucho de The Shins pero pudimos observar el talento de James Mercer en acción. En las tres canciones que escuchamos, Mercer funcionaba como un director de orquesta, marcando el paso que todos los otros integrantes debían seguir, queda claro que él es la mente, alma y corazón de la banda. Tuvieron la ventaja de que tocaron en pleno atardecer lo cual le dio un ambiente único a su presentación.

Nero

Nero (Will Rice/Lollapalooza)

¿Vieron Matrix Reloaded? ¿ Recuerdan esa escena en la que todos bailan en Zion semi desnudos, algo enlodados y completamente fuera de control? Así es Perry’s el escenario electrónico de Lollapalooza. Un escenario muy diferente a los demás que por si solo podría ser un festival indpendiente y con un público que claramente también es distinto al que ronda en otras áreas de Lollapalooza. La generación del EDM (Electronic Dance Music) es cada vez más grande y Perry’s es uno de sus principales templos. Aquí estuvo Nero, dúo inglés que llegó a estar en la lista Sound of 2011 de la BBC, un concurso que elige y predice las bandas que serán “el siguiente gran artista”. En el festival comprobamos que son uno de los titanes de la nueva ola dubstep, mezclando a The White Stripes con Skrillex, Calvin Harris y sus propios éxitos. Agreguen un impresionante equipo de iluminación y elementos del drum and bass y tienen una presentación que encantó a todos los presentes.

Black Sabbath

Black Sabbath (Dave Mead/Lollapalooza)

Se esperaba mucho de la presentación de Ozzy y compañía en el festival, eran el gran acto de Lollapalooza 2012 y cumplieron con algunas cosas, otras…no tanto. Vamos con lo bueno, dos palabras: Tony Iommi. ¿De verdad acaba de luchar contra el cáncer? No parecía, se veía perfectamente bien pero aún más importante, se escuchaba mejor que nunca. A lo largo de poco más de hora y media, Iommi demostró porque es uno de los guitarristas más importantes de la historia: solos, riffs y todo lo que quede entre esos dos. Estamos hablando de uno de los hombres que ayudó a formar el heavy metal. Podía estar tocando el solo de guitarra más intenso y desgarrador que puedan imaginar, pero lo hacía ver tan fácil que era imposible no quedar impresionado.

Fue ver a una leyenda viviente que se llevó a noche. En algún punto de la presentación Ozzy dijo “He is Iron Man”, señalando a su compañero de banda, ese fue el momento en el que quedó claro que el héroe de la velada fue Iommi. El resto de la banda también sonaba muy bien, Geezer Butler y hasta Tommy Clufetos (el substituto de Bill Ward) hicieron que el jammeo y las canciones instrumentales sonaran impecables pero entonces entra Ozzy…

Recordemos el contexto: científicos planean estudiar el genoma de Ozzy Osbourne para averiguar porque no murió después de tantos excesos a los que sometió a su cuerpo. No habrá muerto, pero todo lo consumido sí cobró una cuota en el cantante. Ozzy sube al escenario y después de una canción está bañado en sudor, no se puede para derecho y sus movmientos son bruscos, como si en cualquier momento fuera a caerse. Su voz tiene el mismo problema, suena irregular, muy mal en ocaciones. Así empezó todo, no pintaba nada bien. La primera canción fue horrible pero conforme avanzaba el concierto las cosas iban cambiando. En la segunda, “The Wizard”, Ozzy sacó una armónica y empezó a mejorar poco a poco.

Era algo extraño, en canciones como “Electric Funeral” o “Children of the Grave” sonaba tan bien como cuando tenía veinte años, pero en otras, como en “War Pigs”, sonaba a un mal intento de cantar Sabbath en un karaoke. Esto hizo que la banda fuera muy irregular a lo largo de la noche, pero a final de cuentas lograron rescatar el show gracias a Iommi y al carisma de Osbourne. Lo segundo porque, a pesar de todos los daños, sigue conservando esa actitud que lo convirtió en un éxito. Dejo ver un poco del humor que hizo popular su programa de TV, pero también ese espíritu de rockstar que en un principio lo hizo leyenda. Era impresionante ver como, conforme avanzaba la noche, parecía que buena parte de su vejez se diluía y Ozzy, todavía jorobado y algo cansado, lograba headbangear, correr por el escenario para pedirle al público que saltaran antes de las canciones más rápidas, e hincarse y alabar a la audiencia al final del concierto.

Un poco de nostalgia, el carisma de Ozzy, y el indiscutible talento de Iommi y el resto de la banda hicieron de la presentación de Sabbath un gran cierre para el día uno de Lollapalooza. ¿El mejor momento? Cuando toda la audiencia cantó el riff inicial de “Iron Man”, o el final con “Paranoid” en el que buena parte del público, incluyendo personas de la tercera edad, hicieron su mejor intento de air guitar.

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