El Palacio de los Deportes se iluminó con energía y beats, todo ello debido a la espectacular fiesta que representó la visita de Life in Color tour, en su versión para la Ciudad de México.

Con un cartel de calidad mundial, el evento estuvo “hidratado” por cientos de galones de pintura que corrían por el cielo del recinto capitalino. Naranja, verde o azul, lo importante era empaparse con los colores más representativos de la música electrónica.

Henry Fong y Carnage fueron los que más enloquecieron a la gente, mientras los acróbatas aéreos destellaban con su calidad para después atacar a la gente con las potentes pistolas lanzapintura.

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La fiesta fue redonda y hasta un fauno gigante danzó entre los asistentes, mientras Jack Novak y FireBeatz contribuyeron con la descarga de adrenalina, pues no permitieron que decayera el ánimo en ningún momento.

Los organizadores, conscientes del potente auge de los eventos de EDM en México y específicamente entre los adolescentes, destinaron más de tres cuartas partes de la pista para los menores de edad, espacio donde se vivió con mayor intensidad las mezclas del representante latino Junkie Kid.

La locura se desató cuando las mujeres sobre hombros gritaban desesperadamente por recibir el impactante chorro de destellos fluorescentes. Las blusas empapadas comenzaron a estorbar y dieron paso a un exclusivo desfile de ropa interior, mismo que también presumía diversidad de colores.

El Domo de Hierro explotó por medio de luminosidad, música y diversión, una mezcla idónea para desatar la demencia electrónica de las miles de almas entregadas ante un cañón que expedía tonalidad neón. Una experiencia inolvidable.

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