El 30 de marzo, Jay Z dio inicio a una historia, polémica desde su evento de lanzamiento, con artistas de primera línea que salieron a sostener un discurso pro artistas dentro del creciente mercado de los servicios de streaming. Tidal hacía su rimbombante llegada y aunque en ese momento era un tanto incierto cómo caminaría la empresa en este nueva etapa, hoy el panorama no es nada bueno.

Ni modo, hay que decirlo: Tidal no ha sido el éxito irrefutable que sus nuevos dueños imaginaron, pues no sólo ha habido detractores entre los que se incluyen compañeros músicos, sino que los mismosnúmeros no reflejan su aceptación en el mercado. No se trata de desvirtuar porque sí, sino de ver los acontecimientos de su primer mes de vida para deducir que, probablemente, este es el error empresarial más grande de Mr. Carter. ¿Qué ha pasado?

1. Músicos vs. Músicos

Desde el día uno, el servicio que ofrece un servicio en alta fidelidad ha recibido críticas de músicos no sólo de Estados Unidos, sino de otros países. Lily Allen fue una de las primeras en refutar y decir que los artistas ganarán sólo cuando las disqueras compartan las ganancias reales del streaming, sin tomar ventajas, además de burlarse del evento de presentación y asegurar: “Temo que (Tidal) envíe a la gente de regreso a la piratería/sitios de torrent”.

Mumford & Sons, Ben Gibard, Steve Albiniy Noel Gallagher son otros de los que también han expresado su desacuerdo con la idea del servicio. ¿Cómo músicos multimillonarios pueden salir a quejarse de que no les pagan?, ha sido la pregunta repetida. Quizá tengan razón. ¿Cómo pretenden que la gente compre la ideología de Tidal si no son precisamente ellos sus beneficiados principales?

2. Adiós a Andy Chen, CEO de Tidal

Dos semanas, sólo dos semanas después de su relanzamiento, Tidal perdió a su CEO, Andy Chen, quedando de manera interinaPeter Tonstad, quien previamente ocupó el puesto en Aspiro Group. No se dieron razones específicas, pero se aseguró que Tonstad tiene “un mejor entendimiento de la industria y una visión clara sobre cómo la compañía busca cambiar el status quo.” Este no fue el único despido, pues en su momento se llegó a asegurar que 25 personas más habían salido de la empresa, para que después la empresa saliera a desmentir y decir que fue “menos de la mitad” de esa cifra. Cambios como esos nunca parecen buena señal en una empresa, menos aún cuando ésta se encuentra en etapas tan tempranas de vida.

3. En el fondo del chart de descargas

Aunque los mismos Jack White y Jay Z han llamado a suscriptores del servicio para agradecer su preferencia, hasta el 22 de abril Tidal no alcanzaba a entrar ni siquiera a las 700 aplicaciones más descargadas de Apple en Estados Unidos, y ni pensar en las primeras 500 deiOS y Google Play Store en Reino Unido. Su situación mejoró cuando se anunciaron lanzamientos exclusivos de Beyoncé y Jay Z, pero luego de eso volvió a caer, sin que presente una mejora definitiva.

4. Más, más caro… por iTunes

Si de por sí muchos nos sorprendimos al saber que no tendría versión gratuita y que su oferta de alta definición costaría $19.99 dólares, posibles clientes comenzaron a notar que el costo aparecía mucho más caro del anunciado, pues mientras el servicio estándar pasaba de $9.99 a$12.99, su oferta estrella pasaba de$19.99 a$25.99. Las críticas no se hicieron esperar. Sin embargo, a las pocas horas se aclaró que ese 30% más correspondía a un cargo de Apple, y se detalló que para no pagar más se debía crear la cuenta de usuario en el sitio web y después bajar la aplicación en iTunes Store. Más dificultades para aquellos aventurados que decidían dar una oportunidad a este servicio.

Tras la ola de comentarios, Jay Z salió a decir en Twitter que había una campaña de desprestigio contra Tidal.“Estamos aquí por el botín completo. Por favor, dennos la oportunidad de crecer y mejorar”, dijo el también dueño de Roc Nation. El panorama claramente es complicado y no parece haber forma de que destaque como el líder del mercado. Veremos si logra despegar o morirá, aunque no es muy difícil ver en qué acabará.

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