Desde que la versión mexicana del festival Mutek
anunció la visita de Dan Snaith, antes conocido como Manitoba y ahora como
Caribou, al DF, la expectativa se dejó venir como bola de nieve encarrerada.

Snaith, que tiene más de una veintena de discos,
colaboraciones y un prestigio construido a base de talento, sobriedad y
disciplina (no por nada tiene un doctorado en matemáticas), visitó el DF por
primera vez el pasado 21 de mayo.

Los organizadores de Mutek aprovecharon la promoción
de Swim, su placa del 2010, para programar un concierto aquí. La sala
fue la sobre-planta que el Bar Covadonga tiene. Un salón con el potencial para
hospedar un buen concierto. Incluso, el productor angelino Flying Lotus se
presentó ahí en diciembre de 2008
con un gran éxito. Pero la presentación
de Caribou fue diferente.

Además de su propio ensamble de músicos, Snaith
estuvo acompañado por Los Amparito y Toro y Moi. Un acto nacional y otro gringo
que está identificado junto a la reciente ola psicodélica de músicos
electro-indie como Panda Bear o Memory Tapes. Sin embargo, tanto Los Amparito
como Toro y Moi fueron eclipsados por las consecuencias del sobrecupo y una
buena cantidad de gente que se quedó afuera y que insistía en entrar. Por un
momento parecía que la desorganización reinaría.

Afortunadamente, la presencia de Snaith y el
ensamble de instrumentos que lo acompañan en vivo, llegaron justo antes del
caos total, logrando levantar el ánimo y concentrar la atención de todos. La
primera señal fue la posición de la banda. Snaith con un arsenal de
instrumentos, secuenciadores y percusiones, encaraba a otra batería que era la
encargada de marcar el beat en cada canción
. En la fila trasera estaban
más integrantes del grupo, ejecutando guitarras y bajo.