Cuando Kraftwerk abrió los dos conciertos de Radiohead en marzo del 2009, muy pocos sabían en realidad el alcance de estos veteranos alemanes en el escenario. En aquél año, la banda liderada por Ralf Hütter dio un espectáculo que bien pudo ser el principal, e incluso, alguien sentenció una máxima: “Radiohead debió abrirle a Kraftwerk”.

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Aquella ocasión hasta unos robots fueron colocados en el escenario, las luces y escenografía no sobresaltaban en el Foro Sol, pero Kraftwerk dejó un gran sabor de boca y una deuda de tocar más tiempo.

Kraftwerk ya había visitado México también antes; en 2004, los alemanes se presentaron en la carpa neumática del Hipódromo de las Américas, donde la expectativa no fue tanta.

La banda originaria de Düsseldorf abrió tres fechas para el público chilango este 2014; México era la segunda parada de su gira en 3D, donde presentarían uno de los espectáculos más grandes que se hayan dado en la historia de la capital. ¡Y así fue!

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Ralf Hütter, Fritz Hilpert, Henning Schmitz y Falk Grieffenhagen venían al Distrito Federal a ‘intimar’ con un público que se quedó con ganas de más hace cinco años; una imagen en fondo rojo con la silueta en pixeles de los cuatro integrantes se desplegó, cientos de fans que atascaron el Plaza Condesa se colocaron sus lentes para ver ‘otra dimensión’ de la música electrónica.

No había robots en el escenario, pero sí un póker de alemanes con trajes futuristas que iniciaban la sesión; “We Are The Robots” comenzó a sonar alrededor de las 21:15 horas, los gritos y el calor comenzaron a anegar el recinto de la Condesa.

Algún fan perdido aseguró que “Avicii, David Guetta o Hardwell eran lo de hoy, Kraftwerk son unos rucos que ya ni se mueven”.

Para Hütter, elaborar música electrónica es un ‘arte’; Kraftwerk no requiere hacer sonidos que hagan brincar o ‘alocar’ a la multitud, saben construir ‘beats’ finos, de alto octanaje que no necesitan rebajarse a los ‘vulgares’ estados de trance de los DJ’s actuales.

Excéntricos elementos visuales dieron pie a “Numbers”, donde una especie de alusión a “Matrix” hacía un fondo perfecto; un ‘homenaje’ al instrumento principal del grupo brotó con los ritmos de “It’s More Fun To Compute/Home Computer” y “Computer Love”.

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“The Man Machine” y “Space Lab” transportaron al auditorio al espacio, todos flotaban sobre el globo terráqueo y todos fueron testigos de cómo una nave espacial aterrizaba sobre las ruinas de Teotihuacán en una pantalla.

Hütter tuvo un pequeño problema con su voz en “Autobahn” pero pasó casi desapercibido; la afición del grupo por el ciclismo se dejó al descubierto con diversas imágenes históricas en blanco y negro: “Tour de France” en dos versiones hizo mover los pies y aumentar más el calor que ya había inundado el interior.

Sin interactuar, sin tener contacto siquiera con la mirada, ninguno de los integrantes no despegan la vista de sus instrumentos electrónicos; “Geiger Counter / Radioactivity” hizo que varios desgañitaran las gargantas. Hütter y compañía presentaron una versión en japonés-inglés que pocas veces tocan en vivo.

“Trans-Europe Express”, “Boing Boom Tschak” y “Techno Pop” hipnotizaron a los fans nuevamente a la pantalla, múltiples imágenes alusivas a la cultura alemana y combinaciones de colores ‘tocaban’ los ojos de todos.

Nadie quería que se detuvieran; “Music Non Stop” hizo que uno por uno, los integrantes de Kraftwerk desaparecieran por el lado derecho del escenario. Hütter por fin movió los labios para decir “Gracias México”.

Nadie se movía, todos querían saciar sus oídos y ojos con más; Hütter y compañía regresaron y en medio de un torrencial aplauso interpretaron “Aéro Dynamik” y “Electric Café”.

Después de cinco años de revalorar el talento de Kraftwerk, podemos decir que los ‘Padres de la Electrónica” siguen tan vigentes como en los años setenta, las décadas sólo pasan pos sus cuerpos pero el talento no ha disminuido. Los germanos pagaron su deuda con el público capitalino.

¡Y sí! Radiohead debió de abrirle a Kraftwerk en el 2009.

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