Orgullo nacional de la República Democrática del Congo, este colectivo se ha hecho un nombre desde los setenta. Verlos en vivo es una experiencia bizarra, y escucharlos en estudio es un deleite total. Se hicieron de fama mundial por ser uno de los primeros grupos “sustentables”. En lugar de ir a una lujosa tienda en los ghettos africanos para conseguir sus instrumentos, son verdaderos pepenadores. Crean sus instrumentos a partir de lo que encuentran en botaderos de basura. (¿Así o más DIY?)

Es así como crean sus propios amplificadores, pianos eléctricos y demás generadores de ruido, al mismo tiempo que lo combinan con un verdadero ejército de percusionsitas, bailarines y cantantes. A partir de la basura.

Waka Waka aparte, su propuesta tiene más que ver con el house y el trance (el Bazombo Trance), con el rock de vanguardia y la experimentación que con los sonidos tribales que estereotipan al continente de los leones y las jirafas. Es un sound-system humano, crean distintas atmósferas en cada una de sus composiciones que van desde el poliritmias ruidosas hasta los cantos más ancestrales del ser humano. Escuchar para creer.