Conocemos de siempre las egolatrías del famoso rapero: más de una vez ha desdeñado premios que le han sido concedidos (a él o a otros), se la pasa repartiendo "consejos" de enorme "sabiduría" y todas sus actividades cibernéticas son un espantoso monumento al YO.

Pero ahora lo hizo al menos interesante: de buenas a primeras, tomó el sistema de interlocución de un avión de pasajeros, destinado a Nueva York, y se puso a rimar a diestra y siniestra. Escupió versos de muchos de sus éxitos, incluido el enorme "Gold Digger", y no le paró la boca en media hora.

No que el show haya sido divertido. A los raperos se les critica siempre la pesadez de sus presentaciones en vivo y ésta no tuvo siquiera música. Pero, al menos, para su honra y necesidad de atención, entretuvo a muchos y hasta nos puso a escribir al respecto.