Cabello largo, lentes oscuros, arete en la oreja izquierda, pantalón de cuero, pulseras, groupies, ondita hippie, etc. No se confundan, no estamos hablando de algún rockstar. No. Estamos hablando de Rigo Tovar.

Cuando buceaba por el fondo del océano, me enamoré de una bellísima sirena. Fuera del mar sin vacilar pedí su mano y nos casamos en la playas de Caleta.

En el inconsciente colectivo de los mexicanos hay figuras que quedan tatuadas. No hay que ser fans de ellos o conocer toda su vida, basta con haber escuchado algo de ellos para amarlos (aunque digamos que no).Un claro ejemplo de ello es Rigo Tovar, a quien –desde pachucos, cholos y chundos, chichifas y malafachas hasta los integrantes de los más altos niveles sociales culturales y económicos del país– todos conocemos.

Y como hoy es su cumpleaños, hemos preparado un pequeño homenaje a Rigo Tovar, El Sirenito.