Chilango

Charla con el genio detrás de las `semillas malditas´

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El visionario Nick Cave (Warracknabeal, Australia, 1957) es una máquina de crear en la que sus engranes producen las más poéticas y desgarradoras canciones, pero también activan otras inquietudes artísticas en la actuación y el placer de la escritura cinematográfica.

Nick Cave es un tipo larguirucho y elegante. Parece un personaje sacado de alguna novela de William Burroughts o de una cinta de John Waters; es un personaje sórdido, pero encantador.

Cuando habla, parece un tipo insistente y testarudo. Cave es un auténtico caballero, con todo y su cabellera negra azabache, es un viejo juglar del rock punk gótico, adicto a todos los excesos, pero sobreviviente de ellos.

Al teléfono, Cave suena como una voz de ultratumba. Al inicio, parece un tipo serio y de pocas palabras, pero en su charla se deshilvana como la medias de provocación y seducción.

El líder de las Bad Seeds tiene una agenda atareada en la Ciudad de México: dos recitales en el Plaza Condesa (18 y 19 de febrero) y una plática gratuita –y con cupo limitado– en el Museo Universitario del Chopo a celebrarse el mismo 18, donde el músico charlará sobre su nuevo álbum Push the Sky Away, su trayectoria y experiencia sobre los escenarios.

En entrevista con el cómplice de PJ Harvey (lo recordamos con la rola “Henry Lee”), el creador de canciones de cuna para dormir a psicópatas y trastocados, autor de grandes clásicos como “Deanna”, “Into My Arms”, “Red Right Hand” e incluso la explosiva colaboración con Kylie Minogue en “Where the Wild Roses Grow”, charló con Chilango.com acerca de su aventura musical, la fe y su devoción por el cine.

Hace 30 años, The Birthday Party –el primero de sus proyectos– era esa
música de locos, rabiosa, revoltosa y por momentos dulce, que transformó a toda generación. ¿Qué recuerdos tiene de esos años?

Esos fueron los buenos tiempos. Era una ternura hacer y deshacer los cánones de lo establecido por la sociedad y las buenas costumbres. Me gustaban esos años de finales de los años setenta y los nacientes años ochenta porque todo era inocente, así que podías escupir a los cabrones en su cara. Yo crecí escuchando a David Bowie y Lou Reed, referencias inmediatas. Los músicos en esa época querían ser trasgresores, éramos poco o nada conformistas, teníamos hambre de comernos al mundo. Ahora, todo parece tan desencantado, tan predecible y repetitivo.
Estábamos interesados en el arte, teníamos ganas de crear.

Su padre, Colin Cave, fue una referencia importante en su vida. ¿Cuáles serían las mejores lecciones que le dejó?

Apreciar al arte como una de las expresiones humanas más bellas. El arte, en cualquiera de sus formas, pueden crear conciencia y sensibilizar. Cuanto tienes respeto por el arte, tendrás a una sociedad rica en cultura, y sólo así encontrarás la solución a todos sus males. Sólo el arte puede salvar al ser humano de su decadencia.

En 1997, compuso The Boatman’s Call, un disco muy íntimo sobre sus
colapsos emocionales, incluso revela su enamoramiento con PJ Harvey. ¿Es necesario profundizar en las emociones más profundas y luego exponerse ante el público?

No veo otra manera de hacerlo. Un artista debe desnudarse, sabiendo que pueden llegar a mofarse de su naturalidad. No importa, jamás podría escribir sobre temas imaginarios sin tener una pizca de autobiografía. Me gusta ir a la parte más oscura y nefasta de mi personalidad para poder hablar sobre mis desconsuelos y rabias. Pero mis discos no son compendios para rebanarse las venas, me gusta imprimir romanticismo y elaborar canciones dulces y tiernas.

Su obra es un compendio de referencias literarias, cinematográficas y, por
supuesto, musicales, pero Dios es la constante. ¿Es un hombre religioso?

Son el hombre más espiritual que conozco. La religión y sus escritos han sido una gran inspiración en mi obra. Pero no se trata de que sea un devoto y fanático, sino me siento atraído en las emociones de dolor, arrepentimiento, venganza, sacrificio. La historia de la religión cristiana es una verdadera tragedia y llena de acción.

Platíquenos acerca de su relación con el cine.

Además de la música y mi familia, es otra de mis pasiones. He escrito tres historias para John Hillcoat (Ghost… of the civil dead, The Proposition y Lawless). Incluso, tuve una actuación en Ghost. Creo que mi relación con el cine es muy musical, en Lawless, el guión es muy musical, además que he podido escoger el soundtrack para esas cintas, y he colaborado en muchas otras bandas sonoras. Un artista debe alimentarse de otras artes, sólo así se mantiene fresco y creativo.