Chilango

U2: 360 grados de emoción en el Azteca

Sandra Lucario

 
La garra, la pantalla acilindrada, las luces, el escenario redondo, Bono en el micrófono. "Give me one more chance and you’ll be satisfied. Give me two more chances and you won’t be denied". La voz del vocalista de U2 resonaba en tierra azteca después de cuatro largos años de no haberlo escuchado en vivo, en nuestra ciudad.
 
Era justo que volvieran con la calidad que le imprimieron a su primera noche del tour 360º en México, en la que interpretaron 24 canciones, más de dos horas de concierto, e hicieron corear a más de 100 mil seguidores.  
En realidad no fue "Even Better Than the Real Thing" la que marcó el arranque del primer concierto de U2 en el Estadio Azteca. Fueron los acordes del "Cielito lindo" a mariachi pelado los que comenzaron a calentar los ánimos del hospitalario público, que enardeció cuando vio al cuarteto ocupando el escenario: Bono con sus gafas oscuras, The Edge con su guitarra, Adam con el bajo y Larry con las baquetas.

Bono (Especial)

  
U2 envolvió con su música a todos los que atiborraron el coloso de la Santa Úrsula, Coapa. La banda hizo que el estadio se convirtiera en una licuadora de sentimientos: pasamos del baile al clamor, de ahí al estremecimiento, al grito, a la lágrima, a la sonrisa. Porque de eso se trataba, de pasearnos por sus más de 30 años de trayectoria, de hacernos corear temas tomados primero de este CD y luego de este otro y luego de aquél. Su chamba era darnos un gran espectáculo. Y lo lograron. Ellos sí supieron.
 
La garra despertó cuando ellos aparecieron. Y no paró en toda la noche: sacaba humo, se desplegaba, multiplicaba el sonido, se iluminaba de a poquito –o de a todo completo–, nos llevaba cada movimiento de la banda. Al final, el escenario creado por Willie Williams lo logró. Aplausos para él, para los 90 tráilers que lo transportaron y para todos los que participaron en el montaje.
 
Pero volvamos a U2.
 
En su cuarta visita a México, los irlandeses se plantearon tocar para todos los asistentes. Interpretaron rarezas como "Zooropa", "Hold me thrill me kiss me kill me" y "Scarlet", canciones que no habían sido tocadas en vivo desde hacía más de 10 años (o más), y que los fans más devotos agradecieron con aplausos después de desgañitar sus gargantas.

Garr?sima muy bien pensada. (Sandra Lucario)

 
  
La "coreada" no paró. De "I will follow" se fueron con "Get on your boots", y de ahí se siguieron con "Magnificent", "Mysterious Ways" y "Elevation". Fue en ese momento que el coloso brincó. Un poco menos, sin embargo, que a la hora de Vertigo ("1, 2, 3, 14").
Bono estaba bien contento: "Hoy no es 11 de mayo, es 10. It’s my birthday!", dijo. Y hasta el "Happy Birthday" le cantaron. "México es grande, con gente muy generosa. Nada podrá vencer a la ciudad de México. Las cosas malas deberían quedar atrás, vamos a hacer que nuestra luz brille". Y siguió con "Still haven’t found" y "Stuck in a moment".
 
En una de esas, el vocal subió a una chica –Mariana– al escenario y la puso a leer un poema de Nezahualcóyotl: "Con flores tú pintas, ¡Oh, dador de vida! Con canciones tú das color, con canciones das vida sobre la tierra. Y entonces:  "Beautiful Day".

Bono, The Edge (Especial)

 
En la primera de sus 3 presentaciones en México, U2 se decidió por "Until the end of the word", "Pride in a name of love", "Miss Sarajevo", "City of blinding lights", "I’ll go crazy", "Sunday bloody sunday" y "Walk on".
 
Con todo lo cliché que pudiera parecer, "One" esparció la nostalgia, lo mismo que "Where the streets have no name". Pero la que no tuvo madre fue "With or Without you". Celulares arriba y el estadio iluminado por algo más que 100 mil lucecitas. Eco de la gente. Piel chinita.

Bono (Lul? Urdapilleta)

 
De su más reciente producción cantaron "No line on the horizon", "Magnificent",… Cerraron la noche con "Moment of Surrender", misma que Bono dedicó a todos los que han perdido la vida en su país. "No están solos", les dijo.
 
Después de llenar de luz el estadio, la banda agradeció "por esta noche" y se retiró. Pues sí, fue un día hermoso. Una noche hermosa.

Hasta la vista. (Sandra Lucario)