Blues Boy King fue un músico incanzable, que trabajaba sin parar casi todo el año. Sus reseñistas afirman que llegó a dar hasta 300 conciertos por año, seguramente por eso el promotor cultural Raúl de la Rosa no pudo traerlo al país.

El también productor de conciertos de blues en México modificó en dos ocasiones las fechas de sus festivales para ajustarlos a la agenda del guitarrista, pero ni así lo pudo incluir en los carteles.

“Es impresionante su capacidad de trabajo. Creo que nunca entendió en la vida algo que no fuera estar sentado o parado tocando frente a un público pequeño o en un gran festival. Esa fue su vida (…), no creo que haya un músico que tuviera un calendario tan apretado como lo tuvo prácticamente durante toda su vida King”, dice De la Rosa.

En un festival realizado en Chicago, De la Rosa estuvo frente al guitarrista para entrevistarlo. El mexicano se presentó y enunció a los blusistas que había llevado a México, como Willie Dixon, John Lee Hooker o Muddy Waters.

“Se me queda viendo y me dice: ‘Los mejore sin duda, pero creo que falté yo’ ”, recuerda entre risas De la Rosa.

Sin embargo, el rey del blues sí vino a la Ciudad de México. En 1992 Riley Ben King —su nombre real— se presentó en el Auditorio Nacional como parte del Mexico City Jazz and Blues festival, en donde tocaron también Chuck Berry y Ray Charles.

“Como decían en ese momento, había una tercia de reyes: King el rey del blues, Chuck, el genuino monarca del rock and roll y Ray Charles, el indiscutible rey del soul”, recuerda.

La mano de B.B. King en la música popular del siglo 20

Freddie, Albert y B. B. King fueron conocidos como los tres reyes magos de la guitarra del blues, una triada que influyó en la música del siglo 20, sostiene Raúl.

“Estos hombres cambiaron las armonías, las formas de ser del blues. Lo llevaron más allá de donde lo encontraron”, afirma el también conductor de un programa de blues en Horizonte Jazz.

Con la muerte de B.B desapareció el último de los reyes y el más longevo, un guitarrista cuya mano en la música popular es indiscutible.

“Sobre todo en áreas y géneros que no eran de blues, que eran de rock and roll o era invitado a los festivales de jazz. Uno de los grandes talentos que tuvo fue que llegó a todo público. Esta manera tan especial, esta habilidad tan extraordinaria de tocar la guitarra, claro además acompañado de la leyenda de su guitarra Lucille”, destaca De la Rosa.

Todo gran guitarrista, todo gran músico, recuerda el crítico musical, quería grabar o tocar a lado del Blues Boy.

Referente del “mano lenta” Eric Clapton, B.B. acompañó en una gira a los Rolling Stones en 1969 y a U2 20 años después, de acuerdo con reseñas publicadas tras la muerte del afroamericano.

“Un día le preguntaron cómo se podía definir: ‘Todo lo que me rodea forma parte de mi música, yo no hago otra más que cantar las cosas que me rodean, que rodean a mi pueblo. Soy un pueblo entero’. Eso fue en esencia el Blues Boy King”, agrega Raúl de la Rosa.

La mayor influencia para José Cruz

José Cruz, músico fundador de la banda de blues Real de Catorce, subraya el talento que tenía B.B. King para expresar sus sentimientos a través del canto y la guitarra.

“Es impresionante su capacidad de amar, extrañaremos su blues acompasado, sus líneas melódicas tan expresivas. Él aportó al blues su voz”, comenta el músico.

B.B. King fue su mayor influencia a la hora de hacer blues, un género que más que lamento es de vitalidad, dice el guitarrista y armonicista.

Cruz Camargo agrega que en algunas de sus piezas como “Blues Nocturno” y “Mira ese Hombre” está la influencia del estadounidense, a quien pudo ver en el festival de 1992 en el Auditorio Nacional.