Por Ruy Feben,
que no es tan chocante como parece.

Sí, bueno: parte de ser rockstar implica ser chocante. Pero algunos se pasan. Acá ponemos a los meros meros del rockstarismo en el peor de los sentidos.

¿Por qué es tan chocante?

¿Por dónde empezar? Axl no es sólo la gran figura del frontman, sino también la gran figura del odioso frontman. Es el típico que puede dejar esperando al público por varias horas nomás porque no se le pega la gana tocar (incluso hubo veces en que nomás no salió a tocar), el que se siente dueño de la banda, en fin: una fichita. Lo padre fue cuando se puso gordo. Karma.

El punto más alto de su chocantez…

El 8 de agosto de 1992, cuando estaban de gira con Metallica en el Stadium Tour. Guns era la banda que tocaba primero. Ese día salieron al escenario, pero a los pocos minutos Axl decidió que no quería seguir cantando (que por un dolor de garganta). Metallica salió al escenario, pero entonces una explosión hirió a James Hetfield en la mano. Los fans, ya enojados, se pusieron a destrozarlo todo. Axl pudo haber salvado esa noche (cuando los de Metallica le pidieron que volviera al escenario). El resultado: más de 400 mil dólares en daños, sin tomar en cuenta decenas de heridos. Vientos, Axl.

Y lo odiamos aún más porque…

Una vez que todos los miembros originales de Guns dejaron la banda, él se quedó con el nombre. Luego se tardó más de 15 años para sacar disco nuevo. Cuando lo sacó, el disco estaba dos tres, pero su guitarrista es un compa con una cubeta de pollo Kentucky en la cabeza. Además, Axl ha sido super celoso con el disco, al grado de mandar gente a la cárcel por subir un placer con su rola a un blog.