Chilango

Algunas razones por las que me gusta Linkin Park

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Conocí a Linkin Park por los inicios del nuevo milenio, justo en la prepa, y a lo largo de los años me han ido acompañando orgánicamente, casi sin darme cuenta, como mi sombra. Y digo “casi sin darme cuenta” porque no es que los escuche a toda hora. A veces pasan meses sin que escuche una sola canción de ellos, y la vida sigue, pero luego sacan nuevo disco, le doy una oportunidad y resulta que siempre me gustan la mayoría de sus tracks. O de pronto los pone Deezer. Ahí es cuando aseguro, con todas las de la ley, que han ido evolucionando y que siguen siendo talentosos. Me consta.

Este 23 de junio volví a verlos en vivo. Creo que es la quinta vez o ya perdí la cuenta. Repetí en la Arena Ciudad de México. Para ser sinceros, la última vez que los vi en vivo, también en la Arena, me quedaron a deber en varios aspectos. Ahora se reivindicaron.

Mientras escuchaba, gritaba y cantaba junto con toda la Arena los éxitos de la banda, vinieron a mi mente algunas de las razones por las cuales simple y sencillamente Linkin Park es una señora banda.

Esta noche, rola tras rola, me di cuenta de que efectivamente Linkin Park forma parte del soundtrack de mi vida, a pesar del paso de estos 15 años, en los que sutilmente, y a veces inconscientemente, se fueron colando como la humedad de mis oídos a mi cerebro, para no salir de ahí jamás.