Así abre el álbum blanco. Y no podía abrir con ninguna otra canción. Es un tributo a Chuck Berry, uno de los padres del rock and roll y le hace justicia. La canción entera huele a rebeldía, sus letras, el pianito picado, las guitarras emulando aviones. Son los Beatles en 1968, en el punto más importante de su creatividad, y al mismo tiempo de los egos. Cuenta la historia que Ringo no grabó la batería de la canción porque había “renunciado” (léase uno más de sus berrinches), y fue el mismo Paul el encargado de la base rítmica.

https://www.youtube.com/watch?v=PxyISsA0Oh0