En algún punto de High Fidelity, película basada en la novela homónima de Nick Hornby, el personaje de Jack Black regaña a un cliente por no tener el Blonde on Blonde de Dylan. Y tiene razón. Hay discos que independientemente de cualquier cosa -incluso de que te gusten o no-, deben ser parte de tu colección. Son piedras angulares de la música.

También hay discos que uno debe tener, pero guardados. Dentro de la culpabilidad que implican (y el daño a la reputación de cualquier habitante del circuito Amsterdam-Michoacán-Tamaulipas), hay LPs como el Youth de Matisyahu que son verdaderas joyas, pero sólo para escuchar en la soledad, sin miedo a las miradas de reproche a través de esas gafas de pasta y tamaño excesivo.

Ahora bien, así como los hipsters se precian de encontrar música en los lugares más extraños -por ejemplo, el disco de Matmos que usa sonidos de liposucción-, uno que es normalito, pero con ganas de apantallar, puede buscar artistas no necesariamente raros, pero sí escondidos, para impresionar al vecino de cubículo. Aquí cinco bandas esenciales que sólo encontrarás en blogs semi-oscuros de internet. Te darán cierto caché, aparte del bono añadido de ser en verdad buenas.