Metropolitana La Luz
Cuenta con 85 años de experiencia en docencia y una base católica dirigida por una comunidad ecuménica. Cada día, la escuela Metropolitana La Luz pone en práctica su filosofía de “aprendiendo a aprender”, es decir, que los alumnos sean autónomos en el aprendizaje, con apoyo de la modelación y el andamiaje del docente.
Los primeros 15 minutos del día los alumnos trabajan en estímulo lector y pensamiento matemático, mientras que en la parte de inglés obtienen la certificación Cambridge con hora y media de clases diarias. Luego, por las tardes, toman talleres deportivos, culturales, académicos y artísticos.
Hay tal interacción entre la comunidad, que es común que los exalumnos regresen a aportar algo a la escuela Metropolitana La Luz, por ejemplo, algunos son docentes o directivos. Como profesores, participan en capacitaciones continuas y consejos técnicos en el CAM o en instituciones privadas. Abordan temas relevantes para la educación y ejercen el derecho de educar con libertad, bajo el marco de referencia de su modelo educativo.
Por eso, es común abordar los mismos contenidos con la misma metodología, pero con estilos completamente distintos en un mismo grado escolar, según las necesidades de cada alumno. Este año consolidaron la educación diferenciada; es decir, la capacidad de exponenciar las fortalezas de cada alumno y trabajar en sus debilidades.
Así es la escuela Metropolitana La Luz
La escuela Metropolitana La Luz es empática con su entorno actual, así que tomando en cuenta que la educación es un servicio social, es consciente de los costos de la educación sin sacrificar la calidad.
La confianza que los padres de familia depositan en la escuela es el gran motor de la dirección y del cuerpo docente, y esto se refleja en resultados como ser de los primeros lugares en la Olimpiada del conocimiento.
El colegio cuida todos los aspectos de la niñez: que los alumnos tengan el espacio necesario, sean felices, se interesen, socialicen, aprendan con gusto y establezcan lazos de solidaridad y hermandad.
Sin duda, su fundadora estaría orgullosa de los exalumnos del colegio, entre los que están el director de la Barra de Abogados, el rector de la Basílica, alumnos becados a escuelas extranjeras y, en general, ciudadanos de bien que tienen bien fundamentados sus valores y conocimientos académicos.