Escuela Herminio Almendros
Más que una simple escuela, Herminio Almendros es una pequeña comunidad que involucra tanto al personal, desde la dirección hasta la intendencia, como a los padres de familia y a los propios niños, con el objetivo de formarlos como personas críticas, creativas, seguras e inquisitivas, a través de una educación vivencial, es decir, buscando que los niños desarrollen su conocimiento a partir de su propia experiencia. Por ejemplo, se usa el jardín para la enseñanza de ciencias naturales.
En la Herminio todos son iguales, y los problemas se resuelven desde el diálogo, más que desde la autoridad. Para esto, los niños tienen asambleas en las que, guiados por un psicólogo y a través del juego y la acción, identifican y solucionan sus conflictos y dudas.
El otro gran eje de la educación aquí es la formación artística y la expresión. Cada día termina con una hora de taller, que varía entre barro, pintura, artes indígenas, teatro, papel maché, música, tejido y vitrales, y cuyos resultados se exponen al final para toda la comunidad.
Esto piensa la comunidad de la Escuela Herminio Almendros:
«La verdad los niños disfrutan mucho estando aquí, y yo disfruto estar con ellos. Llevo más de 25 años en la Herminio, y ya me está tocando que los que fueron mis alumnos ahora traen a sus hijos, o incluso hasta vienen a trabajar aquí, y a mí me da muchísimo gusto porque es señal de que algo hicimos bien. Es una comunidad muy rica, muy enriquecedora.
Lo que nos proponemos, y creo que es lo que nos diferencia de otras escuelas, es que cada niño descubra sus gustos, sus intereses y sus capacidades, y que los desarrolle hasta donde quiera. Como somos una escuela pequeña, podemos acompañarlos y cuidarlos en ese proceso. Cada niño es distinto, cada grupo es distinto, y hasta cada materia es distinta y se enseñan con distintas metodologías, aunque a grandes rasgos el modelo es constructivista, con mucha influencia de Freinet.
Y, bueno, en este modelo de fomentar el desarrollo de la personalidad y la expresión libre de los chicos, tenemos la hora extra de clases con los talleres artísticos, que les dan descanso y les ayudan a desarrollar ese otro lado, que es importantísimo y muchas veces no se toma en cuenta».
Mauricio Santana Munguía, coordinador de Ciencias.
«Desde que salí, no podía esperar a volver y meter a mi hijo aquí. Y está feliz, es súper creativo y científico, y hace muchísimas cosas».
Anayari, ex alumna y madre de familia.
«Mi primera hija fue feliz aquí, muy creativa. Y salió muy bien a la secundaria, con muchísimas bases de escritura, de matemáticas y lógica. Y el segundo va muy bien, va perfecto».
Mónica, madre de familia.
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