¿Qué tiene de especial?
Una de las avenidas más largas de la Ciudad de México se cierra todos los domingos hasta las 2 de la tarde, dejándote cancha libre para quemar las llantas sobre el asfalto. Además, la sensación de practicar deporte en un área normalmente restringida al tránsito de la ciudad es bastante alucinante (eso y que puedes convivir con neófitos en la materia –gordos, niños y gordos niños– y con ciclistas profesionales).

¿Por dónde me voy?
Tú eliges: puedes empezar desde el Auditorio Nacional hasta la avenida Juárez, recorrido que probará tu energía y condición física. Parece fácil, pero no lo es: a pesar de que te detienes cada cierto tramo en los altos, un recorrido plano con esa distancia te puede dejar con la lengua de fuera. Prueba la ida y el regreso sin descanso, a ver si tan machito.

¿Hay algún detalle extra?
No importa si no tienes bici: sobre Paseo de la Reforma (por ejemplo, a la altura de la Torre Mayor) hay cicloestaciones, donde te prestan la bici con casco, cadena y llaves totalmente gratis. Nomás te sacas la fotito, dejas dos identificaciones oficiales y tienes tres horas para pedalear, suficientes incluso para cubrir los dos paseos anteriores.