Revista Chilango

Amor por los tacos

Febrero 2017

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Gafetes vemos, malas mañas no sabemos

Los misterios del godínez manolarga

Godinus manolargus Getty Images Godinus manolargus
05 de marzo de 2014

La vida está llena de misterios sin resolver que casi siempre involucran preguntas y expresiones como “¿En dónde dejé mi tarjeta del metro?”, “La lavadora ‘se comió’ el otro calcetín”, “Se me perdió la tarea, pero le juro que la hice, profe”, “¡Otra vez perdí mi gafete! (y me duele el codo pagarle a mi empresa por la reposición), “¿Y mi credencial de ECOBICI? Chin, se me ha de haber caído en la calle”, "¿dónde ch1ng4d05 dejé las llaves?", etc.

Todas las frases anteriores tienen que ver con que algo se perdió. ¿Coincidencia?

Desde tiempos inmemoriales la humanidad se ha preguntado por qué desaparecen las cosas, pero lo más importante, ¿a dónde van? ¿Existirá un limbo de los objetos perdidos? ¿Quién se los lleva? ¿Es acaso una criatura asquerosa la culpable? ¿Duendes juguetones, espíritus chocarreros, el Chupacabras, tu ex? Quién sabe...

Pero aunque estas misteriosas desapariciones nos pueden afectar a todos en cualquier momento y en cualquier lugar, hay un área mística y enigmática donde estos fenómenos son más intensos. Es algo así como el Triángulo de las Bermudas, pero en lugar de que desaparezcan aviones, aquí se pierden las tachuelitas y, lo que es peor, hasta la dignidad y la vergüenza (en las fiestas de fin de año): la oficina.

En este sitio arcano suceden todo tipo de actividades paranormales que generalmente derivan en besuqueos casuales con adefesios o, lo que nos atañe en esta investigación, la desaparición de objetos de oficina.

De acuerdo con una encuesta de la cadena OfficeMax (retomada en el blog de OCCMundial) realizada a godínez gringos, 40% admitió que “se les pegan” cosas ajenas y un 50% confesó que toma cosas de la oficina y se las lleva a sus casas “por si se ofrece”. Lo que viene siendo “sangrar” a la empresa, que le llaman.

  • Se buscan (Foto: Getty Images)
  • La misma encuesta reveló cuáles son los objetos que más se pierden en las oficinas. Ahí les va la lista y la posible explicación de estos fenómenos:

    1. Plumas, lápices y marca-textos

    ¿Quién sabe? Igual y desaparecen por una buena causa: para completar la lista de útiles de los godínez del futuro. Pero hay algo peor: cuando regresan estos objetos a su dueño, los encuentran con extrañas marcas de dientes y babeados.

    2. Productos de papel (cuadernos, blocks, notas adhesivas)

    Se ha reportado que estos objetos desaparecen más alrededor del 14 de febrero de cada año, y que luego aparecen pegados en los carros de la secre o el lic que es objeto del amor del raterillo/a. O no.

    3. Clips

    28% de los encuestados ha notado que se les desaparecen de sus escritorios y hasta de sus cajones. Nos informan que son considerados como elegantes y discretos pisacorbatas, indispensables para los días de junta con “el licenciado”. Sólo que sea por eso...

    4. Engrapadoras

    “¿¡Quién se llevó mi engrapadora!?” Éste es un clásico, el coco de las secres. Seamos sinceros, es como la cremita que alivia, “en la casa, el taller y la oficina” siempre es útil tener una engrapadora para llevar control del “archivo” del hogar, que le dicen: los pagos, las boletas escolares, etc. Además, son excelentes para “pegar” papel tapiz que se está cayendo o cortinas rotas, “colgar” pósters de los grupos de moda y fotos, un largo etcétera. El sangrado a la empresa está justificado. Punto. 

  • Los godínez precavidos tienen todo inventariado (Foto: Getty Images)
  • 5. Tijeras

    ¿Necesitamos decir por qué son tan “socorridas” por los amantes de lo ajeno? Siempre hay algo que cortar. Siempre. Además, son auxiliares en la apertura de bolsas de cacahuates, frituras, pastelitos, etc., para pelar naranjas o mandarinas, para destapar botellas, y para terminar la ‘manualidá’ navideña que la godín quedó en entregar hoy a su clienta.

    Pero aguas: estos objetos, así como los cuters, deberían permanecer siempre bajo llave, en caso de una godinez rage súbita que podría poner en peligro la vida de todos. 

    Mira este ejemplo y ten miedo. 

    O éste.

    6. Despachadores de ‘diurets’

    Lo peor de todo es que se los llevan con todo y el ‘diurets’. Y seguro estaba nuevo. 

    7. Cartuchos de tinta

    Mejor que se aproveche en casa para imprimir con calidad fotográfica la tarea del minigodín a que se siga desperdiciando en todos los correos que les piden que no impriman (por aquello de la ecología), o en los chistes de gallegos con fotitos que se difunden por toda la oficina, o en las imágenes de gatitos que las secres pegan en su cubículo... si tan sólo tuvieran su cinta adhesiva o la engrapadora para poderlos poner, ¡pero alguien "se las agarró"!

    8. Carpetas

    No es tan común que se pierdan como los anteriores puntos, pero ¿qué godín no ha necesitado una carpetita en algún momento de la vida laboral y resulta que las que les dieron a inicio de año ya no están? Híjoles, cómo son...

    Compañero o compañera godín, ¿qué otras herramientas laborales se les han perdido en el trabajo? Desahóguense, confiésense o ventilen al manito manolarga aquí abajo.

    Moraleja: si amas a una pluma, déjala libre. Si regresa, es tuya. Si no, nunca lo fue. Recuerda: siempre ha sido de la empresa.

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