… de acetatos, los cassettes y los CDs

¿Qué se pierden?

Artículos de colección donde teníamos nuestra música perfectamente catalogada. Antes, las canciones venían en objetos tangibles, no en codiguitos comprimidos dentro de un iPod o similar. Ya todo es mera “información”. Adiós pilas de discos.

¿Por qué era bonito?

Porque podíamos coleccionarlos, tener un cuarto dedicado enteramente a los discos, admirarlos, prestarlos, catalogarlos. El lado malo era, precisamente, que al menos los viniles y los cassettes tenían dos lados y daba una pereza levantarte a cambiarlo. Oh, tiempos sin el control remoto.

¿Qué tendrán en lugar de eso?

La era del MP3. Cada vez se compran menos discos, y aunque la piratería no es la principal causa (porque para esas gracias podemos seguir bajando música de iTunes o comprarla de manera perfectamente legal), la verdad es que es más atractivo cargar con tu discografía completa en un aparatito portátil.