Chilango

Las Jeans regresaron con todo

Sony Music

“A ver, ¿cuántos hombres heterosexuales ves que no sean del staff?” le pregunté a mi acompañante. No logramos ver uno solo, al menos no desde el lugar en el que estábamos. La mayor parte de los asistentes eran hombres gays ya entrados en sus treinta (muchos luciendo prominentes entradas o ya de plano calvos) y el resto, mujeres. Desde el anuncio de primera llamada hasta que las Jeans muy puntuales aparecieron sobre el escenario, el público no ocultaba sus ganas de ver a las chicas que hace siete años sobre este mismo escenario dieran su concierto de despedida. 

Las Jeans mostrando pierna (Sony Music)

Sin teloneros que sirvieran de aperitivo, las chavas entraron pisando fuerte interpretando ‘La ilusión del primer amor’. Para continuar con las rolas desnucadoras se aventaron ‘Corazón confidente’ y los asistentes desde ese momento perdieron todo pudor y dejaron ver que se sabían todas. Le siguieron ‘Amore’ y para empezar poner la primera nota romántica, interpretaron ‘Muero por ti’. 

Continuó un Medley (o popurrí, como lech dechíamoch en mich tiempoch) de rolas movidonas que no fueron tan fuertes como para cantarlas enteras. Bien ahí. Después de ‘Estoy por él’, entraron a cambiarse el atuendo de espejitos que hasta el momento llevaban por algo más liviano, dejando ver que las muchachas están en muy buena forma y que la pierna es su fuerte.  Mientras hacían el cambio, la letra de ‘Yo no te pido la Luna’ hizo de karaoke en la pantalla y unos chavos sabrosones salieron a mover el bote para beneplácito de los muchachos y las muchachas que con gritos y aplausos agradecieron el taco de ojo.

La importancia de llamarse Litzy 

Por momentos el ánimo corrió el peligro de decaer porque se aventaron varias baladas juntas (‘La Mujer Maravilla, un medley suavecito y ‘Lo que queda de mí’), pero el levantón vino con ‘Tan dentro de mí’, que provocó que todos echaran el bailongo. Pero el subidón de adrenalina (jeje) sólo fue momentáneo, porque ni ‘Tu falso amor’ ni ‘Aunque hayas dicho adiós’ tuvieron el punch suficiente para prender al respetable. El momento solemne lo puso Angie, al mencionar que “deberíamos estar todos agradecidos de estar aquí y que estamos bien, sanos y salvos”, aludiendo de forma indirecta a los atentados ocurridos en París. 

El sentimiento de pesadumbre se diluyó con los primeros acordes de ‘Tal vez’ y la gente recuperó los bríos. Luego vino ‘Dime que me amas’ y como si estuvieran en el Cabare-Tito, los asistentes no dejaron de gritar los añadidos a la letra original como “qué quiero ser”, “abre, cierra, acaricia, bufa”, o “¿y yo por dónde?”. Todo era locura y diversión pero aún venía el plato fuerte: Litzy apareció para entonar ‘Pepe’, a pesar de que en sus redes sociales había dicho que se presentaría únicamente en el concierto del domingo. Con esta rola todo el mundo se desgañitó y la morenaza demostró por qué ella fue una de las Jeans “first class”. 

Luego de ‘Me pongo mis Jeans’ apareció Ari Borovoy, lo que provocó que a la concurrencia se le mojara el mazapán y lo sabrosearan sin recato alguno. El integrante de OV7 y responsable de este reencuentro les entregó el disco de oro al que se hicieron acreedoras a una semana del lanzamiento del CD en vivo que grabaron el pasado julio.

Sin la agrupación, pero con mucho cariño

Como no hay libro sin errata, a las Jeans se les olvidó gacho la letra interpretando ‘Entre azul y buenas noches’, y hasta la coreografía terminó siendo un caos. Esto probablemente fue porque en la versión del disco esta rola la cantaban con Agrupación Cariño, quienes no estuvieron esta noche para poner el toque tropicoso que algunos esperaban. 

Después de ‘Sólo vivo para ti’ vino el ensayadísimo y predecible falso final. Lo que no estaba en el guión es que los asistentes en lugar de gritar “otra, otra”, decían cosas como  “jota, jota” u “obvia, obvia”, recalcando que el público arcoíris es el target principal de este reencuentro.  

Angie, Melissa, Karla y Regina cumplieron, pasaron la prueba y con muy buena calificación. Ya no brincan tanto en las coreografías como antaño, pero en la calidad vocal mejoraron bastante y eso siempre se agradece. Se ve que le ensayaron y se veían genuinamente conmovidas por el cariño del público. Por una noche, los noventa revivieron y las Jeans nos hicieron vivir un auténtico Déjà Vu.

¿Alguien extrañó a Paty? Aparentemente no.

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