Chilango

Gabino Rodríguez – El Niño

Cortesía Canal Once

Para Gabino se trata de un proyecto ambicioso y, como el resto, está feliz de que haya salido la nueva temporada.

Los tres doctores son muy importantes para su personaje, con su llegada se debilitó su figura y su fe, pero a los médicos les pasa igual, disminuye su certeza en la ciencia. Se voltean los roles, los jóvenes cada vez aceptan más la fe y el profeta comienza a aceptar que hay cosas que lo rebasan.

Si antes no sabíamos mucho de su personaje, ahora nos muestran gran parte de su historia, su pasado, sus pasiones y su lado más humano.

La historia nos permite preguntarnos cómo estamos plantados frente a lo que creemos y de lo que estamos seguros.

Gabino es un actor hecho y derecho, con los pies en la tierra. Si algo le desagrada es que los actores se quejen de cuestiones como el calor porque es parte de su chamba, y hay gente con trabajos más difíciles que sufre de verdad en esas condiciones, mientras ellos tienen comodidades como una tienda de campaña que les dé sombra. 

Si en algo concuerda el reparto de Niño Santo es en que la oferta de televisión abierta es pobre, sobre todo en el ramo de las series mexicanas, así que es muy importante realizar una producción como la suya.

Niño santo es una opción distinta para el televidente que difícilmente se puede ver en las otras televisoras que, de acuerdo con Gabino,  hacen “basura”.

Les parece que están innovando y la segunda temporada viene renovada. Todos dicen muy seguros que es de lo mejor en el mercado, con actores de cine y de teatro, gente que sabe hacer las cosas, desde el guión hasta el arte.

Son tan sólo 8 capítulos, un formato corto pero muy bien hecho, con mucha calidad en todos los sentidos, se hizo minuciosamente y por eso vale la pena verla. 

Los guionistas, Mauricio Katz y Pedro Peirano (con idea original de Pablo Cruz), han creado algo poco frecuente dentro de la producciones audiovisuales mexicanas, no insertaron a los personajes dentro de contextos sociales específicos, crearon un universo entero con reglas propias.

Es un tema que no se ha tocado en otro lado, mucho menos en México, por eso es una apuesta buenísima, con escenarios increíbles y hermosos de Campeche y Morelos.

La columna vertebral de esta temporada es la lucha del Niño contra “la serpiente” (el mal encarnado); además, una reportera llega y amenaza con dar a conocer al mundo el culto al Niño, pero no te contamos más porque el misterio es parte importante de la serie.

La historia da para más. La primera temporada planteó el terreno y ésta las hace explotar. Aunque todavía no es nada seguro, se planea una tercera entrega. Mientras tanto, disfruta esta temporada.