Chilango

Colegio Bet Hayladim

 

Un Montessori que no es religioso pero sí promueve las tradiciones judías. Acá se vive en una comunidad desde las guías Montessori, los niños, el personal administrativo, los papás… y los conejos, gallinas, patos y chivos que viven al fondo del jardín en una granja (los niños los alimentan, cuidan y limpian). A cada salón le corresponde media parcela para plantar su hortaliza y todos participan en un proyecto de reforestación; separan la basura y reciclan papel y cartón. Los salones son grandes, bien equipados, tienen cocina, baño y hasta tortugas. Los niños trabajan en equipos: vi tres calculando potencias mientras dos investigaban sobre el sistema digestivo de las gallinas. Tienen área verde, salón de usos múltiples, biblioteca y, mi favorito: un laberinto de colores donde van los niños a “pensar” cuando están enojados, tristes o si no se portaron muy bien. Para evitar envidias, recientemente usan uniforme (decisión que les costó trabajo porque no va con la filosofía Montessori). Toman una hora y media de hebreo al día. Atienden a niños con necesidades especiales integrándolos en el ambiente que les corresponde por edad y les dan prioridad para ingresar.