Si tu aguinaldo ya no dio para salir de la ciudad y buscas opciones de entretenimiento, el teatro es una de las mejores. Sólo hay una desventaja, muchas obras cierran por las fiestas decembrinas; aunque otras tantas se quedan para pescar a los como tú (y yo), que el presupuesto les quedó corto para escaparse de la Ciudad de México.

Para empezar, si te gusta la música y el ballet, El Cascanueces, la historia navideña que musicalizara con maestría (¡por supuesto!) Piotr Ilich Tchaikovsky es la opción. La puesta en escena mexicana es un “juguetito” escenico con bailarines de la Compañía Nacional de Danza que vale la pena ver. No esperes virtuosos del ballet, sólo disfruta la partitura del gran músico ruso y la entrañable historia de “juguetes buenos contra juguetes malos”. Algo así como Toys del siglo XIX con música excepcional. La temporada empieza hoy 18 de diciembre y se extiende hasta el 22 en el Auditorio Nacional, con dos funciones diarias: 16:30 y 19:30.

Seguro abundarán las pastorelas, pero seguro también bostezarás porque todas son medio aburridonas y ya sabemos el final. Mejor ver una antipastorela, que en otro tiempo Provida ya hubiera ido a cerrar: Jesús, María y José José, de Humberto Robles, con Enrique Galván, Marcela Morett y la Manigüis en El Bataclán (Popocatépetl num. 25 esq. Amsterdam). Está de risa loca… Pero muy loca. Hay tres funciones: el sábado 21, el viernes 27 y el sábado 28. Reservaciones: 5511 7390.

Si no has visto Wicked, en el Teatro Telcel (Lago Zúrich num. 245, Col. Ampliación Granada), es tu oportunidad: no habrá tanta gente como en su temporada de estreno y dará funciones en Navidad, 30 de diciembre y 1 de enero. Otra que no debes perderte y que seguirá en cartelera será El curioso incidente del perro a medianoche, en el Teatro Insurgentes (Av. Insurgentes num. 1587); Luis Gerardo Méndez, que encabeza el reparto, hace un trabajo entrañable como Chris Boone, el joven autista que supera sus propias limitaciones. Otra que se queda en cartelera es Cada vez nos despedimos mejor, un monólogo del talentoso Alejandro Ricaño, actuado por Diego Luna. Combinación explosiva. Está en la Sala Chopin (Álvaro Obregón num. 302 A esq. Oaxaca).

Hasta el 22 de diciembre, todavía alcanzas a ver Proyecto Chejov: Vanya, en el Foro Shakespeare (Zamora num. 7), la versión de Diego del Río del clásico del dramaturgo ruso. Una puesta en escena sensible y delicada sobre el devastador paso del tiempo y sus dolorosas consecuencias. Igual ese mismo día cierra su temporada 2013 Un corazón normal, de Larry Kramer, sobre los primeros días de la epidemia de VIH/SIDA en Nueva York. El texto es bueno aunque se note su origen “activista”, pero sólo ver el trabajo inmenso de Héctor Mendoza como Ned Weeks, vale la pena ir al Teatro Helénico (Av. Revolución num. 1500).

Allí está, teatro habrá. Tú escoge.